viernes, 9 de agosto de 2024

VICTOR JUAN. RAMÓN ACÍN.

 EN CUALQUIERA DE NOSOTROS UN PEDAZO TUYO.

     Las casualidades vienen a menudo cuando se tiene el vicio de la lectura. En este caso ha ocurrido. Hace poco leía la biografía, más bien autobiografía a cuatro manos que escribieron Luis Buñuel y su amigo y guionista de varias de sus películas Jean-Claude Carriére. Y me llamó poderosamente la atención una anécdota que desconocía y que en parte he contado en la anterior entrada: la figura de otro amigo, Ramón Acín, que a principios de los años treinta salen a cenar, Luis le cuenta, entre copas, el interés que tiene en hacer una película documental sobre las Hurdes, pero que no tiene dinero. Y Ramón le dice lo que se dice tantas veces entre amigos y copas, e incluso entre familiares: “Mira, si me toca la lotería cuenta con ese dinero”. A los dos meses, diciembre de 1932, le tocó la lotería. Y Ramón cumple su palabra: le da, le presta más bien, un tercio del premio: cincuenta mil pesetas, toda una fortuna de la época.

  En las Hurdes algunos pueblos desconocían lo que era el pan blando.

  Ramón era un anarquista que había tenido problemas con la justicia. La justicia de la dictadura de Primo de Rivera y luego en la República. Era maestro, dibujante, escultor, escritor y caricaturista.

  Acín quiso explotar la película para recuperar el dinero y exigía a Buñuel la proyección en los cines. Para eso pidieron ayuda a Marañón. Ahí viene otra casualidad pues acabo de leer la biografía de Marañón como se ve en unas pocas entradas atrás. A Marañón no le gustó porque consideraba que sacar lo peor, resaltar la miseria, no era lo más apropiado. Siguió prohibida pero la embajada de España en París le dio el dinero y así pudo devolver el préstamo a las hijas huérfanas de Ramón. Otra casualidad la que se explica en La Gallina Ciega. Todas las lecturas de los últimos meses me han llevado a Ramón Acín.

  Todas estas cosas se cuentan en el libro de Víctor Juan. ¿Cómo supe de él? Cuando acabamos la visita guiada de Huesca, la cual fue presentada por una joven deliciosa, suave, amable, culta, que sabía contar las anécdotas con gracia, fui al mostrador y pregunté si existía alguna biografía de Ramón. Le expliqué al encargado, un hombre de esos que ves que saben pero que deben aceptar un trabajo remunerado pero por debajo de su preparación, le expliqué que había sabido del personaje en la biografía de Buñuel y…, no me dejó acabar. Se puso a hablarme con pasión de Ramón Acín. Lo primero es que sin la contribución del dinero de la lotería la historia del cine español hubiera sido distinta. Sin las Hurdes no hubiera venido todo lo demás. Y me escribió sobre un plano los detalles de este libro y dónde comprarlo. Le di las gracias y salimos a buscarlo. Víctor juan era el que había montado la exposición sobre pedagogía y escuela en la misma oficina de turismo. Muy interesante. En la librería, grande pero no muy bien surtida, me indicaron que no lo tenían pero que había un ejemplar en la Anónima, a unos quinientos metros. Fuimos pero eran las cuatro y media de la tarde, con calor y después de comer magníficamente en una pulpería, y tuvimos que esperar casi una hora sentados en un banco. Luego hablando con la dependienta nos dijo que aquella lotería hizo ricos no sólo a Ramón sino a decenas de personas. Incluso nos dijo que los pisos de un barrio entero fueron comprados con el premio.

  Cuando fueron a buscarlo los de derechas en el 36 en Huesca escapó pero no soportó el que acosaran a su familia: su mujer y sus dos hijas pequeñas. Se entregó y fue fusilado el mismo día. Dos semanas más tarde fue fusilada su mujer porque no consintió que se lo llevaran sin más y quiso compartir su suerte. Las niñas fueron a vivir a Jaca con un tío suyo y hasta debieron de cambiar de nombre para que no las relacionaran con sus progenitores.

  Me he encontrado con Acín en todas partes. En la oficina de turismo de Huesca, en las instalaciones del Ayuntamiento, en museos, en el museo del dibujo de Julio Gavin del pequeño pueblo encantador llamado Larrés.

  El libro me ha costado dieciocho euros y está editado por el gobierno de Aragón. Inversión bien hecha. El autor demuestra enseguida la pasión que siente por la persona, por el artista, por el padre y el esposo de una mujer también extraordinaria, Conchita.

  Era un anarquista denunciador de injusticias que se creó enemigos en malos momentos de la historia: “colegios cortos de higiene y largo de letanías”.

  El libro está repleto de fotografías, de pinturas, dibujos, recortes de prensa, etc. Se lee en un rato con gran placer y provecho. Después de comprar el libro fuimos al parque y nos tomamos una limonada. Al regresar a por el coche vimos las dos pajaritas hechas en vida de Ramón y con la que han crecido ya varias generaciones de oscenses. La imagen que nos ha dejado Huesca, y Ramón Acín, nunca la olvidaremos.   

No hay comentarios: