miércoles, 7 de agosto de 2024

MAX AUB. LA GALLINA CIEGA.

     Mucho tiempo venía buscando este libro. De Aub había leído un par de novelas sin mucho entusiasmo pero tenía la sospecha de que estos diarios me iban a interesar especialmente. Pequeña decepción.

 Fui a la librería Visor aprovechando que iba a la óptica cercana. Efectivamente tenían las dos ediciones: ésta, de la misma editorial, Visor, y la de Renacimiento, más voluminosa, mucho y más cara. En cuanto empecé a leer me di cuenta por qué la diferencia de precios: en esta se contiene una errata grande como un rinoceronte. En la primera página en letra grande: “El escritor exiliado Max Aub en la España Franquista de 1869”. Todo en mayúsculas para que se vea bien. 18 euros.

  En realidad este diario que yo creí hecho en y desde México está en realidad escrito y pensado, sufrido, en España. Es la de un escritor resentido. Un perdedor que lleva mal el que en España se haya seguido viviendo, bebiendo, comiendo, comulgando, con o sin ruedas de molino, prosperando, callando o hablando de lo que sea sin que suponga mayor problema. Él mismo se lo echa en cara a varios contertulios. Se queja, se queja de todo y de todos. Muchos aquí le reprochan a su vez cosas. Más importancia a poder echarse un trozo de pan con tocino que poder echarse una rajada contra en régimen: Si no escribes y publicas nada, puedes decir lo que quieras.

  “Habéis hecho de España un conglomerado de seres que no saben para qué viven ni lo que quieren, como no sea vivir bien”.

  “El español no suele rebelarse contra los tiranos sino contra los libertadores, contra los liberales. Le hizo la vida imposible a Pepe Botella, a Azaña y a Madero”.

  De padre alemán y madre francesa, eligió España como patria porque, como él mismo recordaba, se es de donde se ha estudiado el bachillerato.

  De Luis Rosales: España es un país donde los frutos del renombre están envenenados. El renombre no trae ni dinero ni consideración ni ventajas de ningún orden, sólo envidia de la más sórdida. Y en ninguna otra parte era envidiado Federico como en Granada”.

  Este libro lo comencé a leer un par de días antes de viajar a Jaca para pasar una semana de vacaciones. Semana estupenda en la que visitamos sitios para nosotros desconocidos, algunos, y otros recordados con gran cariño. Nos adentramos en la figura oscense de Ramón Acín, el procurador de dinero procedente de un premio de la lotería a Luis Buñuel para realizar su película sobre las Hurdes. En este libro de Aub se le recuerda. Acín fue fusilado en los primeros días de la guerra. Su mujer días después: Qué gran fracaso colectivo fue nuestra incivil guerra.

  En realidad la excusa para venir a España fue la preparación de una obra sobre la figura de Buñuel.

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