lunes, 30 de diciembre de 2019

LIBROS LEÍDOS EN 2019




Lecturas del año 2019. Por orden cronológico de lectura.
1.- PEÑUELAS MARCELINO C. CONVERSACIONES CON R.J. SENDER. Muy divertidas. Ganas de leer más de Sénder, más de lo leído. 2 eurillos en el Rastro.
2.- TRAPIELLO ANDRES. LA COSA EN SI. Diarios en su fronterizo AÑO 2000.
3.- DEL MOLINO SERGIO. LUGARES FUERA DE SITIO. Lugares de España fronterizos, raros, profundos. Me ha gustado.
4.- LOZANO ALVARO. LA GRAN GUERRA. Una gran obra de historia encontrada en la basura.
5.- BALZAC. EL CORONEL CHABERT. Novela de un grande de todos los tiempos, que ya exaltaron los personajes de Marías en Los Enamoramientos.
6.- TRAPIELLO ANDRES.  EL JARDIN DE  LA POLVORA. Diario del año 1999. Quiero más.
7.- BRENAN GERALD. LA FAZ DE ESPAÑA. Un viaje por la España de 1949 de la mano de uno de los más simpáticos hispanistas.
8.- SENDER RAMON J. LA MIRADA INMOVIL. Novela desde primeros de siglo hasta los graves acontecimientos de sus días. Floja.
9.- BEEVOR ANTONY. EL MISTERIO DE OLGA CHEJOVA. Obra menor de Beevor. Fallida. Sin interés o mal llevada. También la encontré en la basura, nueva.
10.- HARARI YUVAL NOAH. SAPIENS. Ciencia, evolución, ser humano en toda su extensión. Amena. Da para muchas interesantes conversaciones.
11.- PEREZ GALDOS BENITO JUAN MARTIN EL EMPECINADO. Cuántos personajes de buenas películas se podrían hacer con las novelas de Galdós.
12.- SANCHEZ FERLOSIO RAFAEL. ALFANHUI. Realismo mágico -y adelantado- español en los años cincuenta. Gran estilo pero raro raro.
13.- SEVERIANO. LOS ZARPAZOS DEL OTORONGO. Cidones, Soria, julio del 2019.
14.- GOYTISOLO JUAN. AUTOBIOGRAFIA. Sorprendentes y adictivas memorias de un premio Cervantes. Me encantó. En la recámara Señas de Identidad.
15.- VUILLARD ERIC. EL ORDEN DEL DIA. Novela muy bien escrita sobre cómo ascendió el nazismo a la cumbre del poder.
16.- MENDOZA EDUARDO. LA AVENTURA DEL TOCADOR DE SEÑORAS. Novela de humor sin mucha gracia para mí. Vamos, que no me he reído ni una vez. Qué plastón de tío.
17.- CHEEVER JOHN. DIARIOS. Estupendos diarios. Los diarios son a la gran literatura lo que los  buenos aperitivos a los grandes chefs. No es lo más pero se comen solos.
18.- SENDER RAMON J. CRONICA DEL ALBA. Novela del inicio de un ser humano al inicio del siglo XX. Sin mucho interés. Aburridilla.
19.- HARARI YUVAL NOAH. HOMO DEUS. Lo que nos espera. Dio para más conversaciones. Regalo de mi madre que a su vez lo encontró en la basura, nuevo.
20.- JIMENEZ JUAN RAMON. AUTOBIOGRAFIA Y AUTOCRITICA. Sentencias poéticas, o al revés. Se lo compré a un librero de Segovia la mar de majete.
21.- PEREZ GALDOS BENITO. FORTUNATA Y JACINTA. Obra cumbre. Obra inmortal y todo lo más que se quiera.
22.- TRAPIELLO. DILIGENCIAS. Últimos diarios. Solo me quedan 3 o 4 pero son inasequibles por lo caros.
23.- PLA  JOSEP. CARTAS DE LEJOS. Viajes por Europa del norte de un jovencillo Pla.
24.- TWAIN MARK. VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO SIGUIENDO EL ECUADOR. Crónicas de viajes. El Rastro, 2 euros. Más sustancioso de lo que esperaba.
25.- MENESES PUERTAS ENRIQUE. LA CRUZ DE MONTE ARRUIT. Memorias de una hecatombe. La del Desastre de Annual en 1921, no reeditadas desde entonces. No me extraña pues son malas de cohones, las memorias.
26.- TRAPIELLO ANDRES. SIETE MODERNO. Más diarios. Para mí adictivos.
27.- HOUELLEBECQ MICHEL. SEROTONINA. Una novela sobre la catástrofe en la que se está convirtiendo Europa, el mundo occidental. O sea, el mundo que conocemos.
28.- CABA RUBEN Y ELOISA GOMEZ LUCENA. La odisea de Cabeza de Vaca. Una aventura digna de ser llevada al cine, pero de manera digna porfi.
29.- BARLEY NIGEL. EL ANTROPÓLOGO INOCENTE. Divertidísimas anécdotas de un atropólogo primerizo.
30.- JUDT TONY. POSTGUERRA. Ensayo enciclopédico para saber de dónde venimos. Historia con mayúsculas y minúsculas. Tochón que se lee rápido. 2 euros en el Rastro, sin tapas.
31.- TRAPIELLO ANDRES. LOCURAS SIN FUNDAMENTO. DIARIOS 1988. Año Trapiello, sí.
32.- AZORIN J. EL PAISAJE DE ESPAÑA VISTO POR LOS ESPAÑOLES. Una lectura amable, rica, para saber más de lo que es España, sus ilustres observadores y sus paisajes. El libro que me regaló el  librero majete de Segovia. (Y encima me quería invitar a un café).
33.- SAVATER FERNANDO. LA PEOR PARTE. Como Mira por dónde. La continuación sin ella. Garantía Savater. Para algunos, otro facha más.
34.- LANÇON PHILIPPE. EL COLGAJO. Una de las mejores lecturas del año. Por momentos me faltaba el aire, como a él.
35.-  BENJAMIN WALTER. ILUMINACIONES. Textos escogidos. Crítica cultural. Una de dos, o la cultura o la crítica eran aburridas. Espesas para mí.
36.- TRAPIELLO ANDRES. EL FANAL HIALINO. Diarios 1997. Me tiene enganchado su forma de contar las cosas de la vida.
37.- RUSSEL BERTRAND. AUTOBIOGRAFÍA. Eso, pero sin mucho interés y sin mucho fundamento.
38.- TRAPIELLO ANDRES. EL TEJADO DE VIDRIO. Diarios 1989. Todo es casi lo mismo con un año de diferencia pero necesito tener uno en la recámara. ¡Y se me acabaron!
39.- UNAMUNO MIGUEL DE VIDA DE DON QUIJOTE Y SANCHO. De las mejores biografías del impar D. Quijote. Relectura después de ver la película de Amenábar.
40.- PASTERNAK BORIS. EL DOCTOR ZHIVAGO. La revolución rusa en novela, sufrimiento. Con historia de amor. Nueva traducción de Marta Rebón.
41.- PIGLIA RICARDO. LOS DIARIOS DE EMILIO RENZI. Los diarios de un sabio de la literatura muerto hace poco. Fijaos si era sabio que decía: “En esta época, por primera vez en la historia, hay más escritores que lectores de literatura”.   “Un par de botas bien hechas son –según dice-, más útiles que Ana Karenina”.
42.- JIMÉNEZ JUAN RAMÓN. PLATERO Y YO. Tenía muchas ganas de leer este libro por el placer de leerlo. Tremendo. Prosa poética llena de imágenes inolvidables.
43.- PEREZ GALDOS BENITO. ZUMALACARREGUI. Más novelas de los Episodios de Galdós. Como las cerezas de las tartas. Y así acabo el año. En la recámara: Mendizábal, también de Galdós en el mismo tomo y un montón de ellos más.  Señas de Identidad, Archipiélago Gulag, Tras-os-Montes, Tristes Tigres…

PLATERO Y YO. JUAN RAMON JIMENEZ.


  Ganas de leer este libro por el placer de leerlo. Desde la niñez en la que nos hacían leerlo a la fuerza cuando los intereses de un niño están en las antípodas. Y es que no es un libro para niños. Tiene una potencia que a veces sobrecoge. La Tísica, El niño tonto, El moridero, El perro sarnoso… son estampas cargadas de brutalidad, de la España profunda que aún no hemos dejado atrás. Un libro en la frontera de la prosa y la poesía, lo mejor de cada cosa. Lo mejor de cada casa.  

sábado, 28 de diciembre de 2019

RICARDO PIGLIA. Los diarios de Emilio Renzi.



  Hace cuatro años me compré el primer volumen de esta obra. Edición de Anagrama. Me gustaron pero sin entusiasmarme estilo Trapiello. Me dije que no iba a seguir gastando dinero para completar los otros tres. Pero en la feria del libro vi esta edición de Debolsillo y pensé que por quince euros podía tenerlos. En lo primero que me fijé es en si se podía leer. Cada vez tengo más dificultades a la hora de leer un libro de letra pequeña. Pero sí se podía. El libro tiene más de mil doscientas páginas pero, claro, lo comencé en la 419, que es cuando empieza el segundo tomo. Me han gustado más éstos. Más cercanos los años a los que yo he vivido. Del 68 al 82. Por cierto que la Guerra de las Malvinas casi ni las nombra. Años de formación el primer tomo, Los años felices, el segundo y Un día en la vida, el último, completándose con otro tipo de entradas, más cercanas a la actualidad. Incluso habla del comienzo de su enfermedad, la que le llevaría a la muerte.
  A veces, en una entrada, se encuentran más explicaciones y más útiles que en ensayos sesudos: “Finnegans Wake. ¿No trata del incesto? Escrita en un lenguaje que hace eco al lenguaje enloquecido de su hija Lucia Joyce, ese estilo desarticulado, ¿no disfraza ese otro mito inicial? De todos modos, más allá de cualquier interpretación hay que recordar que toda novela narra, en definitiva, el sueño de un borracho”.
  Una entrada manifiestamente acorde con este blog mío. “Piensa en el suicidio una vez más, es un modo como cualquier otro de pasar el tiempo, dijo. No piensa en la muerte sino en la forma de morir, ahogado en un río; colgado del cinturón en el baño; arrojarse al vacío desde la terraza del edificio. Evitar las pastillas y el estruendoso revólver. El pensamiento siguiente es sobre los momentos preliminares al acto final. Rápidamente desiste del plan: ´Antes de matarme, iría a la peluquería’ dice Iris”.
  Y dentro de los últimos, fuera de lo que serían los volúmenes propiamente dicho esta entrada: “Renzi había argumentado las razones por las cuales de ningún modo y por ningún motivo había que tener hijos, primero porque esa responsabilidad biológica, cultural, estatal y religiosa justificaba lo que él, irónicamente, había llamado en la entrevista, ‘ la locura de contraer enlaces’ las personas se casaban para tener hijos, sin descendencia el matrimonio era una institución vacía, un paso en falso que un artista –y un revolucionario y un conspirador (y para él todas las palabras eran sinónimos)- no debía dar jamás”.
  “En esta época, por primera vez en la historia, hay más escritores que lectores de literatura”.
  “Un par de botas bien hechas son –según dice, más útiles que Ana Karenina”.
  “La significación de las palabras –diría alguno de los discípulos de Wittgenstein que abundan en el campus- depende de quién tenga el poder de decidir su sentido”.
  Qué moderno, qué contemporáneo, qué actual es esta sentencia aplicado a los secesionistas. Cómo lo intentan cada día.

domingo, 22 de diciembre de 2019

22dic2019


Los últimos días han sido lluviosos, grises, oscuros y sobre todo ventosos, casi huracanados. Así que hoy no he cogido la bicicleta. Me he ido al Rastro. Nada más salir han cantado el gordo. Ni caso. No hay nada peor que montar en bicicleta con viento y amenaza de lluvia. En el cercanías le doy un par de euros a una muchacha que me ha dejado un papel en mi asiento. Pensaba que era una poesía como pasa otras veces pero no, era un papel donde mostraba su infortunio. Quizá eso sea poesía igualmente.
En los puestos de libros apenas había algo interesante. En el Campillo del Nuevo Mundo he visto uno sobre la mafia americana de origen italiano. Lo he comprado solo por el autor: Mike Dash, el autor que escribió la tragedia del Batavia; uno de mis libros preferidos. En otro puesto he visto uno de Anagrama de una francesa que no conocía: Darrieussecq, acaba como el Hauellebecq, cuyo título era Marranadas. Puede estar bien si lleva ese título tan sugerente. 

Antes de irme y de contemplar las típicas escenas del Rastro madrileño (conversaciones al vuelo, regateos) paso por el mercado de San Fernando donde siempre visito una librería peculiar: venden libros al peso: diez euros el kilo. Ahí veo El collar de la paloma, un libro del cordobés Ibn Hazm sobre usos amorosos en la época de los omeyas y que fue libro estrella en la feria del libro de Madrid de hace lo menos doce años. Y otro de Anagrama de Magris, Microcosmos. Cómo dejarlo pasar después de lo que me gustaron El Danubio y el Infinito viajar…
Dentro del mercado, en una placita donde tantas veces se han montado timbas de bailes latinos (ahora prohibidos) había un grupo de unos quince dibujantes intentando plasmar a una modelo voluntaria. Les hago una foto mientras me tomo un café amargo. Sin azúcar por prescripción médica. Luego me acerco a ver los resultados: casi todos los dibujos son malos. Tan solo un anciano tenía una manera de dibujar con mucho colorido, como los de Almodóvar, pero de formas ordenadas. Una mujer me invita a posar. Sólo quince minutos, dice. Le digo que tengo prisa. ¿Quince minutos siendo observado por todos? Ni de coña. 

Luego, ya de retirada he pasado a ver la exposición en el edificio de las antiguas tabacaleras. Exponen cuadros gigantes de Almodóvar. En el centro de casi todos, grandes como una pantalla de cine, hay una fotografía del colega Jorge Galindo y después esporrotear litros y litros de pintura al tuntún. Debe ser divertido, al fin y al cabo los niños disfrutan si les dejas manchar todo sin consecuencias.
En el tren de vuelta otra mujer joven pide limosna. Tiene treinta y tres años según confiesa. Es guapa. Le doy también una moneda de dos euros: el otro día me devolvieron un montón después de una compra. Hoy me sentía generoso. En el contacto con las manos al darle la moneda he sentido que la piel ha estado más de la cuenta a la intemperie. He comprado en el mercado también un pan hecho con trigo, al parecer de oro, por el precio. He llegado contento a casa. Por veintipocos euros he comprado cuatro buenos libros, he comprado un buen pan (delicioso) y he invitado a un trago de vino o a un café, espero, a dos mujeres tristes.