domingo, 26 de septiembre de 2010

Raymond Roussel


De no ser por Michel Foucault y su deconstrucción que le dedicó un entusiasta ensayo, este escritor parisino no habría salido del anonimato. Raymond Roussel nació en 1877. En cierta ocasión escribió un pequeño ensayo 'Como escribí algunos libros míos' (1935) que fue utilizado por gran cantidad de surrealistas franceses como Raymond Queneau, Georges Perec, etc. El método consiste en partir de dos palabras de fonética semejante: 'billard' (billar) y 'pillard' (bandido) y hacer que coincidan en una frase que sin su participación nunca lo hubieran hecho. Dedicó dos años de su vida a dar la vuelta al mundo pero confesó que jamás le había valido para escribir una palabra o una idea. Decía que sólo la imaginación sirve para crear. Sangraba con la composición dolorosa de cada frase. Tenía adicción a los barbitúricos y se decía que sufría frecuentes quebrantos económicos por su estilo de vida. También que era víctima de chantajes por parte de amantes homosexuales. Fue un fracaso como escritor y así contó en una ocasión que sólo había sentido el éxito cuando hacía imitaciones de diferentes actores o se acompañaba al piano. Se suicidó en su habitación del Gran Hotel de Palermo el 14 de julio de 1933. Parece ser que pidió a un camarero que le ayudara incluso pagándole el servicio pero tuvo que cortarse las venas solo.

lunes, 20 de septiembre de 2010

20/09/2010


El sábado la etapa de la vuelta acabó en la Bola del Mundo. Hubo un duelo épico entre Mosquera y Nibali en las durísimas rampas finales. Yo lo he subido a pie y puedo asegurar que en algunos tramos casi hay que utilizar las manos. En la cumbre, en invierno, puede haber una climatología ártica. Bajísimas temperaturas, fuertes vientos, metros de nieve. Hay también un control de retevisión en el que trabaja diverso personal técnico, de servicio y de seguridad, Guardias Civiles. Uno de ellos, hace muchos años, contó que una noche especialmente de perros, aparecieron dos jóvenes prácticamente congelados. Varias personas del centro intentaron reanimarles pero no reaccionaban. Empezaron a darles bofetadas, refriegas de alcohol. Nada; no conseguían sacarles ni media palabra. Les dieron copas de coñac; muchas, y nada. Sólo más tarde, para sorpresa y vergüenza de todos, vieron que los pobres eran mudos, de nacimiento.

jueves, 16 de septiembre de 2010

ALBERT CARACO


Albert Caraco nació en Constantinopla en 1919. Pertenecía a una familia judía y rica. He leído que era inteligente y de gran cultura; entregado a la ciencia y a una escritura elegante y provocadora.

A semejanza de Ferrater, también puso fecha a su suicidio con antelación. Aunque en el caso de Caraco estaría supeditado a la muerte de su padre. Caraco se quitó la vida con barbitúricos en París en 1971, un día después de que muriera su padre. Tenía 52 años.

Un párrafo:

Porque las ideas están más vivas que los hombres, es por las ideas que los hombres viven y es por ellas que morirán sin murmurar. Ahora bien, todas nuestras ideas son mortíferas, ninguna de ellas obedece a las leyes de la objetividad, de la mesura o de la coherencia, y nosotros, que perpetuamos estas ideas, caminamos hacia la muerte como autómatas.

Albert Caraco. Breviario del Caos.

martes, 14 de septiembre de 2010

14/09/2010


Diarios 1999-2003. Iñaqui Uriarte. Leo los estupendos Diarios de Iñaqui Uriarte. Lo bueno de leer diarios es que te hacen recordar episodios de la vida parecidos. En una de sus entradas cuenta cómo P. le retira y ordena los libros desparramados en montoncitos por toda la casa en las estanterías, sin su orden; como si fueran platos, iguales entre sí.
Algunas veces regaño a mi hija pequeña porque va apartando en el plato trozos de carne y patatas fritas. Me dice que son para el final; los trozos que más le gustan. Le pasa como a mí, quiero dejar para el final los libros que considero más suculentos de entre los que tengo sin leer. Pero a veces no resisto y sucumbo a la atracción como me ha sucedido con éste de Uriarte.
Fiesta en la piscina. He observado que mucha gente tiene especial éxito social en función de cómo se ríe. Hay personas que ya tienen dominado el gesto de la risa aunque sea ficticio. Se ríen con ganas pero solo en apariencia. Al interlocutor del carcajeador profesional esa carcajada le hace verse la mar de interesante y va acumulando adeptos que ríen también a mandíbula batiente. Esa risa se contagia pronto pero, a veces, alguien hace un ejercicio de autocontrol y se aguanta sin mover un músculo, sin sonreír. Entonces se produce una tensión muy cómica que hace que la gente mire al impasible como quien mira a uno que ha bebido demasiado.

Paso por casualidad por lo que va a ser una exposición de pintura. Un jurado elegirá al ganador. Hay en la acera muchos cuadros apoyados en las paredes. La mayoría no dicen nada pero uno me llama poderosamente la atención: me doy cuenta con asombro que es una plancha de las que se utilizan para salvar zanjas al paso de los coches. Tiene manchas de óxido que bien podrían representar todo un universo. Podría pasar por un cuadro de pintura moderna si hubiera tenido un marco. Se merecería sin duda el primer premio pero ¿a quién dárselo?

Problema principal del mundo: somos demasiados. Todas las grandes civilizaciones se han apoyado en los hombros de la esclavitud. Los imperios han crecido y expandido su poder gracias a ella. Ahora no es menos cierto. Antes se controlaba con la amenaza y el castigo, había que ir a buscar a los esclavos a África y al resto de las colonias; ahora se les amenaza con algo mucho peor: el hambre. Y no hay que ir a buscarlos a ningún sitio; son ellos, los esclavos modernos, los que buscan a su amo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

SERGEI ESENIN


Nació en 1895. Fue uno de los grandes poetas rusos a pesar de haber vivido tan solo 30 años. A esa edad le dio tiempo a casarse unas cuantas veces. Una de ellas con la bailarina americana Isadora Duncan –es mentar este nombre y venírseme el son de Celia Cruz-. Tuvo varios hijos. A juzgar por algunas descripciones y por alguna de sus fotografías era más que bien parecido. También se le atribuye algún que otro amor masculino.
A pesar de tener raíces campesinas, renegó de tan duro trabajo, así como de la alternativa que le ofreció su padre: un almacén, y se dedicó a sus estudios de magisterio, y a trabajar como corrector. Pero para lo que parecía haber nacido es para fabricar poesía sublime. Así lo dice Gorki: “más que un hombre es un órgano que ha creado la naturaleza exclusivamente para la poesía”.
Fue un ardiente defensor del bolchevismo aunque también descubrió sus contradicciones.
Después de viajar con Isadora por Europa y EEUU regresó a Rusia aquejado ya de un considerable alcoholismo y de una profunda depresión.

En diciembre de 1925 se intentó suicidar cortándose las venas. Luego parece ser que fue atendido por un conocido. Logró su propósito tres días más tarde, el 27 de diciembre.

lunes, 6 de septiembre de 2010

06/09/2010

Sigue haciendo calor pero el verano se va despidiendo cada día un poco. En la atmósfera se olisquean ya, sobre todo por la noche, los frescos, las humedades y las lluvias que caerán en el otoño. Hablando de olisquear: hoy iba en el cercanías para casa y alguien se ha tirado un pedo. Estaba abarrotado y todos nos hemos sentido incómodos porque el olor era ciertamente desagradable, violento. Nadie ha mirado a nadie directamente por pudor, solo de soslayo. De pronto he descubierto sentada junto a su madre a una niña pequeña; la madre miraba a la niña con sospecha. Me he sentido más tranquilo.

Leo estos días El río de la luz, el último libro de viajes de Javier Reverte. En este libro se cuentan algunos casos de suicidios de animales ante el descomunal esfuerzo de alcanzar los yacimientos de oro en el Yukon. Bueyes, mulos o caballos que se lanzaban al vacío vencidos y agotados. Se conocen casos de animales que eligen la muerte voluntaria por distintas razones. Las ratas para salvar a otras congéneres o por falta de alimentos. También de hombres desbordados por el infortunio. En el libro de Reverte se cuenta el caso de un buscador de oro, Casey. Después de recorrer con todas sus vituallas caminos de montaña, navegado ríos y lagos, pasar penalidades, chocó con una roca en el río Treinta Millas y perdió todo su equipo. Se salvó a nado, desanduvo todo el camino, volvió a empeñar lo que le quedaba de dinero en comprar otra vez todo lo necesario y emprendió de nuevo el mismo itinerario. Volvió a chocar con la misma roca y volvió a perderlo todo. Como pudo alcanzó la orilla, encontró una tienda de campaña de unos mineros que estaban trabajando cerca y vio dentro una escopeta: se pegó un tiro. Hay veces que por mucha voluntad que ponga uno, la vida se empeña en vencerte una y otra vez.

He comentado esto con M. mientras terminábamos la ruta del domingo: 66 kilómetros por los alrededores de Tres Cantos y Colmenar, pasando por el Puente de la Marmota. Una jornada dura pero divertida. Toda la tarde tomando líquido, derrumbado en la cama. A pesar de haber estado bebiendo sin parar creo que he llegado algo deshidratado, con dolor de cabeza.

En el libro también se cuenta el caso de Curwood, el personaje real en quien se inspira la película El Oso, de Jean-Jacques Annaud. Es verdad que intentó matar al oso y que después de varios intentos se encontró desarmado frente a él y que el oso le perdonó la vida marchándose. Pero, lo que es la vida, años más tarde murió por la picadura de una araña mientras pescaba plácidamente. No lo mató un oso de setecientos kilos y lo mató una araña de un gramo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

JOHN BERRYMAN

Hace tiempo escuché en un programa de divulgación científica sobre la herencia genética –Punsset, qué grande eres- que si un muchacho algo gamberro tiene la desgracia de tener un padre que haya estado o esté en la cárcel, tiene muchas papeletas para acabar igual.

El padre de Berryman se suicidó; él se tiró de un puente en Minneapolis. Era 1972. Tenía 58 años. Cuántos han seguido como en un guión inextricable los pasos de sus padres... Era de carácter inestable y apocado; desgarrado. Con tendencia al abuso del alcohol fue quien acusó a los médicos de negligencia para con su amigo el poeta Dilan Thomas. Éste tomó una sobredosis de whisky y los médicos le inyectaron morfina. No está claro, de todas formas, que Thomas se quisiera suicidar. Berryman fue un gran poeta y escritor. Gran conocedor de su lengua. Valorado y publicado después de su muerte.