lunes, 3 de julio de 2023

CAZADORES DE CABEZAS DEL AMAZONAS. FRITZ UP DE GRAFF.

  Un libro que me costó 3 euros en el Rastro y que, sabía, era raro: Cazadores de cabezas del Amazonas, del estadounidense del S. XIX Fritz W. Up de Graff. En Amazon lo he visto, en la edición que tengo, en ciento y pico euros. Habla de las aventuras de un ingeniero eléctrico a través de las selvas y sus penalidades. Cuenta que poco antes de llegar él hubo una guerra civil en Ecuador.

  “…supe por las estadísticas oficiales que se habían gastado unos diez millones en munición y que el único herido fue un hombre al que dio una coz una mula”.

  Así deberían ser todas las guerras. Por cierto que ayer me salió un video en twiter en el que un soldado ucraniano baja de un blindado, salta a una hondonada y le explota una mina antipersona. Se ve todo desde un dron. El tipo lleva media pierna arrancada de cuajo, la derecha. Y después de unos instantes de asombro, saca un torniquete y se lo pasa por el muslo mientras llama pidiendo ayuda. Cuántas historias de terror constante en un frente de guerra.

  Siete años duró su viaje por el alto Amazonas. Nos cuenta sus contactos con la flora, la fauna y los habitantes, durante siglos aislados, de selvas impenetrables. Si tuviera que elegir un sitio en la tierra para aterrizar desde el espacio exterior desde luego nunca elegiría esta parte. Todos son peligros e incomodidades. Arañas, anguilas eléctricas, caimanes, serpientes, humedad sin fin, mosquitos por trillones, hormigas de todas clases y condiciones.

  También es cierto que en ese enjambre de naturaleza se encuentren los remedios para nuestros males presentes y futuros: “…los experimentos hechos por mí en animales domésticos me han demostrado que el susodicho veneno obra sin producir dolor, siendo los efectos muy parecidos a una dosis grande de morfina. Esto me induce a creer que se puede fabricar del mismo vegetal una droga de inapreciable valor para la medicina”.

  Soluciones drásticas y salvajes para problemas generales en el ser humano: “Por último, este mismo jugo de barbasco es lo que beben las mujeres jíbaras para suicidarse”.

  La marabunta: “Todas las larvas, gusanos, orugas, sapos, lagartos y hasta ratas que se crucen en el camino por donde vaya una colmena de hormigas, tienen ya dictada su sentencia de muerte, tan seguro como si las aplastara un taque. El animal de tamaño más grande de todos que se halla herido e imposibilitado de moverse, no dejará más rastro que un montón de huesos limpios y blancos en menos de veinticuatro horas”. “Están animados de un espíritu de lucha superior al de todos los soldados del mundo”. “Una docena de ellas tenían que morir para apagarlo, mas para eso había un millón detrás”.

  Me encanta leer sobre sitios inaccesibles y peligrosos. Las altas cumbres, los desiertos, las selvas. Es la forma más cómoda de visitarlos. “En el corazón de las regiones sombrías del Amazonas la Naturaleza es feroz perro guardián, un monstruo, que guarda sus secretos a conciencia y no permite que se inmiscuyan intrusos”. Quién soy yo para saltarme esa ley.

 

 

 

 

 

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