martes, 27 de junio de 2023

DE SENECTUTE. NOBERTO BOBBIO.


 

  Como tantas otras veces, en la librería de Argüelles que suelo frecuentar, la Solidaria, vi cuando ya me iba sin nada interesante que echarme a los ojos, este libro, de Noberto Bobbio, libro que he querido leer desde que se editó allá por la mitad de los noventa. Tres euros en una bonita edición de Tauro. Qué piensa un sabio sobre la vejez y la muerte. Qué interesante me parece el tema precisamente ahora. Mi padre, quizá influenciado por la mujer que en Ecuador despertó en el ataúd de su propio funeral, me ha pedido que a su muerte se le incinere. ¿Qué más te da papá? Quedará sobre tu conciencia. No sé si tengo machismo encima como para saber si tengo conciencia o si soy fascista. Hemos comido en un sitio unos tallarines con trozos de pescado y mucho cebollino, muy rico. Quizá este libro me estaba esperando porque habla y reflexiona sobre muchas de las cosas que pienso y digo desde la enfermedad de mi padre.   

  “Los pensamientos de una persona anciana tienden a entorpecerse. A cierta edad cuesta cambiar de opinión”. Qué certero. Parece haber estado con mi padre hace un rato.

  “El excesivo apego a las propias ideas nos hace más parciales”.

  Lo que acabo de decir: este libro me ha llegado en el momento justo: “Quienes escribieron sobre la vejez, empezando por Cicerón, rondaban los sesenta”.

  “… hay más historia en cien años de la que el mundo tuvo en cuatro mil, y que más libros se han hecho en esta centuria que en los cinco milenios anteriores”.

  “Cuanto más firmes se mantiene los puntos de referencia de su universo cultural, más se aparta el viejo de su propia época”.

  “El descenso es continuo y, lo cual es peor, irreversible: bajas un pequeño peldaño cada vez, pero una vez puesto el pie en el peldaño más bajo, sabes que no volverás al peldaño más alto. No sé cuántos quedan aún. Pero no me cabe duda de una cosa: son cada vez menos”.

  “De mi muerte pueden hablar solamente los otros”.

  “La respuesta del no creyente excluye cualquier otra pregunta. Para el creyente, en cambio, las preguntas más angustiosas comienzan en el momento de admitir la existencia de otra vida después de la vida. Otra vida: ¿cuál?”.

  “…la convicción de que el individuo tiene valor en sí, y el Estado está hecho para el individuo y no el individuo para el Estado”.

  “También  las ideas salen más lentas de la cabeza. Y las que salen siempre son las mimas. ¡Qué aburrimiento! No es que el viejo esté especialmente encariñado con sus ideas. No tiene otras… el mecanismo de la memoria se ha atascado”.

  “Hay dos categorías de personas: los satisfechos de sí y los nunca contentos. Yo pertenezco sin sombra de dudas al grupo de los segundos”.

  “He tenido entre manos un número inmenso de doctos volúmenes de estudiosos antaño celebrados o autocelebrantes, de los que no ha quedado el menor recuerdo salvo cuatro o cinco líneas en una enciclopedia”.

  Política: “La liberación del fascismo había sido la liberación de una dictadura. Mas ¿no era asimismo una dictadura el régimen impuesto desde hacía decenios en la Unión Soviética?”

  “Los pueblos primitivos se comían a los viejos para garantizar el progreso. Ahora los metemos en las academias, una forma como otra cualquiera de embalsamarlos”.

  “La democracia es el lugar donde los extremistas no prevalecen (y, si lo hacen, se acabó la democracia)”. “El extremista no puede permitirse errar, pues no tiene vuelta atrás. Los errores del moderado demócrata y reformista son subsanables, los del extremista no, o al menos sólo son subsanables pasando de un extremismo a otro”.

  “La democracia puede definirse como el sistema de reglas que permiten instaurar y desarrollar una convivencia pacífica”.

  Hablo con una amiga y me dice que ella estudió a Bobbio en la carrera. Qué felicidad tengo de que yo no tenga que hacerlo. Que lo haga por simple placer.

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