En mayo del 21 se cumplieron cien años del fallecimiento de esta inmensa escritora coruñesa. Quizá por ello se habló más de ella y de su obra. Entonces me di cuenta que había leído mucho sobre ella pero nada de ella. Entonces apareció la colección de quiosco que tan buena labor hace con las obras literarias en general y decidí comprar esta (Cátedra) para solucionar esa laguna.
La novela se lee bien a pesar de que cada vez leo menos novelas. Como les confesé hace poco a unos amigos cada vez leo más ensayo, historia, biografías, diarios o memorias antes que novela. A los clásicos hay que volver y esta novela es un clásico.
Los personajes están bien perfilados y uno entiende enseguida la trama. Julián, el sacerdote de los Lage que aparece en el Pazo para hacerse cargo de la hacienda y administración y que descubre todo un sistema social corrompido, como espejo de la sociedad en todo el país. La introducción ocupa setenta páginas y está muy bien urdida. El jinete poco hábil llega en un borrico dando trompicones en medio de una naturaleza gallega que es como decir una naturaleza de jungla. Y aparecen los personajes que harán el contrapunto a la bondad del sacerdote. Viene enseguida a enseñarnos a la moza cocinera de la que el señorito tiene un hijo de cuatro años que anda por la finca como perico por su casa. Y se describe la estancia con observaciones ricas: “las polillas, que parecen polvo organizado y volante, agitaban sus alas y se le metían por entre su ropa”.
Se puede imaginar enseguida la calidad de hasta los pensamientos de alguno: “Era Don Pedro de los que juzgan muy importantes y dignas de comentarse sus propias acciones y mutaciones –achaque propia de egoístas- y han menester tener siempre cerca de sí algún inferior o subordinado a quien referirlas, para que les atribuya también valor extraordinario”.
Emilia Pardo Bazán debería haber sido más reconocida en vida. Menos mal que con el tiempo ha alcanzado el puesto que se merece. Si le preguntamos a personas con un poco de cultura por nombres de mujeres escritoras en España la mayoría nombrará a ésta en los primeros lugares. Hizo novela y ensayo y se nota por párrafos como éste: “Si unas elecciones durasen mucho, acabarían con quien las maneja, a puro cansancio, molimiento y tensión del cuerpo y del espíritu, pues los odios enconados, la perpetua sospecha de traición, las ardientes promesas, las amenazas, las murmuraciones, las correrías y cartas incesantes, los mensajes, las intrigas, la falta de sueño, las comidas sin orden, componen una existencia vertiginosa e inaguantable”.
Cada vez vea por ahí una novela de esta autora me haré con ella, por ejemplo la continuación La madre naturaleza, Insolación, etc.
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