Siento una especie de alegría cuando repaso los puestos de las ferias de libros y llego donde se despliega la cantidad ingente de publicaciones históricas de la editorial Renacimiento. Recordemos que esta editorial tiene como dueño al gran Abelardo Linares, el mismo que compró un contenedor gigantesco de libros en un almacén de Nueva York y se los trajo a Sevilla para trasegar con el material, hacer bellas ediciones de autores del exilio, de libros olvidados en definitiva. También ha publicado clásicos como esta biografía de la reina Victoria, que es ya un referente en la literatura biográfica. Me ha pasado en la feria del libro antiguo y de ocasión de Recoletos donde compré, en presencia de Trapiello, que estaba allí hablando con la encargada, cuando repasaba del amplio catálogo de la editorial. Y me pasado en la feria del Retiro y cada vez que recorro las casetas de la Cuesta de Moyano. Es raro que no tenga siempre un pendiente de esta editorial. Por ejemplo el Atlas Personal de Fernando Castillo.
Está escrita con una rara mezcla de erudición y brevedad. Sus capítulos están ordenados según los tiempos de la propia vida regia y alterna lo mayúsculo con el detalle nunca escabroso.
Strechey ha sido para mí un ser extraordinario cuando he tratado otros libros, como la biografía de la pintora Dora Carrington de Michael Holroyd. Un tipo cultísimo, alto, delgado como un espíritu, de manos largas, huesudas y delicadas, homosexual apasionado y sufriente. Del grupo de Bloomsbury, junto con Virginia Woolf, Maynard Keines, Brenan, etc.
Tan importante fue su reinado que dio nombre a su época, la Victoriana, y donde se hicieron cuantiosos adelantos científicos, de exploración, de grandes exposiciones junto al príncipe Alberto, y donde se estableció el imperio británico en todo su esplendor.
Tengo gran interés en abordar la miniserie que está alojada en alguna plataforma sobre la reina Victoria.
Se describe a los distintos personajes que fueron importantes en su vida como primeros ministros, familiares como el príncipe Alberto, el heredero Eduardo VII, época eudardiana, de la ingente prole y hasta de los sirvientes más importantes y leales. Como por ejemplo de John Brown, el fiel paje que inspiró una película de la BBC, Mrs Brown. Y de política, donde según pasaban los años iba tomando más y más protagonismo.
“La constitución inglesa –esa indescriptible entidad- es una cosa viva, que crece con el crecimiento de los hombres y que asume formas eternamente variables, de acuerdo con las sutiles y complejas leyes del humano carácter. Es hija de la sabiduría y de la casualidad”.
Cómo cambian los tiempos. En la época de la reina no estaba bien visto el poder en manos femeninas, otra de las paradojas de la historia: “En 1870, habiendo leído (la reina) por casualidad, la reseña de un meeting en favor del sufragio femenino, escribió a Mrs, Martin, con regia cólera: La Reina tiene el mayor interés en alistar a todo el que sepa hablar o escribir para que se unan en la empresa de contrarrestar esa insensata y perversa locura de los ´derechos de las mujeres´. “Dios creó a los hombres y a las mujeres distintos; que siga cada cual ocupando su propio puesto”.
Los tiempos cambiaron y siguen cambiando. Siempre a mejor, aunque aún salgan por ahí indeseables en cualquier parte del mundo. Buena lectura.
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