En el oratorio de Haydn, La Creación, la música tiene secuencias con violines, suave, de vez en cuando un aumento del volumen, una escala ascendente, algo melancólico, como avisando de lo que va a llegar: la existencia misma, casi nada. Entonces de pronto surge una detonación volcánica y los escuchantes pegan un respingo, se despiertan ya para siempre a eso que llamamos vida. Pues bien, en esta novela de Trapiello no termina de nacer nadie, nadie nace ni resucita. Todos los personajes se quedan en el limbo de no existencia.
Trapiello es uno de mis escritores preferidos
si no el que más. Es el autor del que tengo más libros, 32. Me ha hecho reír y
llorar en cualquiera de sus diarios. Sabe tocarme la fibra. Me siento
identificado con él en muchas situaciones y pensamientos pero, para mí, no está
dotado para la novela. Nos presenta a dos colegas, Varilla y Melero, de los que
enseguida se desconecta uno. Es verdad que en los últimos años no me entran
bien las novelas sean estas de quienes sean. No soy capaz de meterme en una
trama por simple que sea. Dice la contraportada que estos donnadies son el
principal logro de esta novela. A mí no me han gustado nada. Son planos. Una
novela debe ser una carretera llena de baches, de trampas, de bombas enterradas
si hace falta, nunca una sucesión suave de naderías. Lo Malogrado habría retitulado.
La novela es del 96. Era muy joven aún. Otros, mucho más jóvenes han hecho grandes obras. Trapiello no. Trapiello es un maestro absoluto de lo suyo, debe escribir reportajes, diarios, memorias, artículos, ensayos, por supuesto poesía, pero novelas… No acertó con el estilo, el tono, la trama, la historia. Una novela, a mi modo de ver, es algo entretenido en la que se olvida casi todo excepto cuatro o cinco luces que mantendrás toda la vida ahí: Madame Bovary, Zhivago, Soldados de Salamina, El Jarama, El árbol de la ciencia, La Familia de Pascual Duarte…
Seguiré leyendo a Trapiello hasta el fin de los días. Espero sus diarios con verdadera ansiedad. Soy de los primeros en comprar su último SPP al precio que me pida pero novelas no creo que lea más. Tengo en el punto de mira su “traducción” de El Quijote, su biografía de Cervantes…
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