domingo, 10 de mayo de 2020

J.R. MOEHRINGER. EL BAR DE LAS GRANDES ESPERANZAS.



  ¿Os acordáis del libro que os dije que me gustó mucho del tenista Agassi, Open? ¿Y que en realidad el autor no fue él si no que fue un tal Moehringer, periodista con premio Pulitzer? ¿Y que Agassi sólo quiso que fuera él el que lo escribiera porque había leído un libro suyo llamado The Tender Bar y le había entusiasmado? Pues es el que estoy leyendo estos días. Todo esto se lo pregunto no a los tres o cuatro que puedan leer este blog si no a mí dentro de unos años. Y digo esto porque tengo la duda de que los tres o cuatro sea yo mismo cuando entro de vez en cuando.
  La historia, al parecer, es autobiográfica. Creció cerca del bar (Tender, de las grandes esperanzas) llamado Dickens con su madre (su padre los abandonó cuando apenas tenía unos meses), en casa de sus abuelos,  un montón de primos, tíos y abuelos. Al principio no me estaba gustando demasiado a pesar de que las críticas son muchas y buenas. Quizá porque no me han terminado nunca de gustar las novelas donde el protagonista es un niño, tipo las Cenizas de Ángela. Pero pronto llega a la adolescencia y viene la primera copa, el primer polvo, la primera decepción, donde la vida se va convirtiendo en algo cruel. Ahí me está interesando más. Cuenta que en el sótano descubre en un baúl cerrado cientos de libros y revistas: su gran tesoro, su salvación. Luego conoce a una chica guapísima y se enamora pero como esta es de alta clase social decide no seguir con él. Bueno, aunque sea spoiler no pasa nada porque hemos dicho que aquí no recala lector alguno.
 Sigo con el diario. He anotado que estoy a un día de cumplir los 58. Que el tiempo es una cinta en la que vamos montados y que esta cinta va cada vez más rápido. Cuántos grandes hombres han muerto mucho antes de llegar a esta edad, todo lo que han hecho o han descubierto. Y aquí estamos. Sin haber escrito un libro, ni plantado un árbol (bueno, alguna maceta) ni tenido un hijo (bueno, dos lindas hijas).
  El libro no está mal pero le echado en falta algo más de concreción, algo más de pulcritud. Se va un poco por las ramas. Está bien para conocer quién fue ese escritor y periodista que hizo una de las mejores biografías deportivas de todos los tiempos.

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