viernes, 27 de enero de 2017

JAVIER REVERTE. NEW YORK NEW YORK.





  Dice muy avanzado el libro, y no le voy a quitar la razón, que “a veces pienso si mi diario no será un relato excesivo sobre el clima neoyorkino, puesto que, al hablar cada día de mi vida en Nueva York, casi siempre preciso la meteorología de la jornada”.
  Quizá, mi querido Javier Reverte se ha contaminado de la tendencia descomunal a inundar todos los noticiarios de temas relacionados con el clima: frío en invierno y calor en el verano.
  Me sigue gustando Reverte y seguiré comprando y leyendo cualquier cosa de él, como no me canso de repetir, pero se le nota falto del músculo narrativo que enseñaba en sus comienzos del éxito, sobre todo con su trilogía africana.
  Sigue contando sabrosas anécdotas literarias como estas:

  “Cuando era joven –Indro Montaneli- se fue a América y trabajó una temporada para la agencia United Press. En una de las paredes de la redacción había un gran cartel con esta frase: ESCRIBE PARA QUE TE ENTIENDA EL LECHERO DE OHIO”. 

   “Isabel me contaba, mientras marchábamos de sala en sala (del MOMA) lo que un día le comentó un amigo pintor español que vive en Nueva York: Si triunfas en España, te consideran un gilipollas. Si triunfas en América, eres un héroe”.

  “Una de las mujeres miembro de la rama inglesa de la familia, Nancy Astor, se dedicó a la política, alcanzó un escaño en Westminster por el partido Liberal en el distrito de Sutton y fue ardiente defensora de los derechos de la mujer. Sus disputas en el parlamento con Winston Churchill se hicieron famosas en su tiempo. En una ocasión, ella llegó a decirle en un debate: “Winston, si yo fuera su mujer, le pondría veneno en el café. A lo que el otro respondió: Nancy, si yo fuera su marido, lo bebería”.

  “…Muchos veteranos repartían unas hojas en donde se señalaba que, entre 2008 y 2010, con Barack Obama en el poder, 447.000 militares fueron desmovilizados y quedaron sin empleo. Y se añadían las palabras de Obama en un discurso reciente: “Les pedimos que lucharan, que se sacrificaran, que arriesgaran la vida por su país. Y lo último que tendrán que hacer es pelear por un puesto de trabajo cuando regresan”.

  Y a pesar de que este libro está escrito hace casi un año, al final del libro –pag. 333- dice algo que bien pudiera haber sido escrito esta mañana a propósito de Trump: “El voraz capitalismo de nuestros días quiere devolver a la humanidad a los tiempos del trabajo endeudado, esto es: a pagar por saber…, a trabajar para pagar…, al Medievo…, a la esclavitud… Y va camino de lograrlo”.
  “La libertad de prensa le permite al apaleado Hass encontrar un espacio en donde denunciarlo. Pero ¿cuánto tiempo durará esa libertad?”.

  Creo que lo próximo que lea de Reverte quizá sea el de Irlanda o el de China, por qué no. Pero deberá esperar un tiempo. Tengo las baldas a rebosar de novedades suculentas. Orwell, Conrad, Klemperer, Pla…

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