miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL MONO. TEMA.



  El mono tema. Sí, es cansino. Es un juego aburrido en el que llevamos mucho tiempo jugando. Pero en las próximas semanas veremos un acelerón en el que comenzaremos una nueva partida o se acabará todo de una vez. Ya sea por la rotura de la baraja, o porque una de las dos partes se levante de la mesa, o porque ambos se den la mano a modo de tablas en el ajedrez. Y casi más que comparar el asunto con una partida de cartas, me gustaría compararlo con una de ajedrez. El gobierno se quiere dotar de una herramienta para tener más fuerza; más ventaja si se quiere. Es sabido que en el ajedrez uno ha de prever cinco o seis jugadas por delante; cuantas más, mejor. Arthur Más supo adelantarse con la convocatoria de unas elecciones en las que sabía que para resolver cualquier asunto, tendría como contrincante a un gobierno en funciones, con las cortapisas que ello conlleva. Ésta modificación de la ley por parte del PP es un enroque. Una defensa, a mi juicio, legítima. Toda la oposición se ha puesto en contra. Pero creo que yo, -alguien tan alejado del PP como yo-, asumo esta medida como oportuna y necesaria, aunque muy tardía. Un consejero de la Generalitat ha dicho que pretender atajar o multar o detener a todo un pueblo con una reforma de la ley es una tarea imposible (Eso de “todo un pueblo” está por ver. Esperemos a saber el porcentaje. Cosa que tampoco validaría nada. Ningún ciudadano tiene el derecho a decidir el que yo no tenga el derecho a decidir). De acuerdo; es difícil. Pero el reto; lo que nos jugamos, exige que al fin alguien tenga que mojarse. Cuando un alcalde, un diputado autonómico, un conceller, un presidente, sea multado, cesado y en su caso, detenido, en una estricta aplicación de la ley (me asombra que con lo que teníamos hasta ahora un presidente autonómico pudiera dejar de cumplir la ley sin consecuencias) los demás, imagino, que tomarán nota.
  Otra cosa es que se desee que por todas las partes se produzcan acercamientos que posibilite acuerdos; sin imposiciones, respetando la ley. Que reine la cordura para no hacer verdadera la frase de Einstein: la estupidez humana es infinita (junto con el universo).

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