jueves, 2 de abril de 2015

EMMANUEL CARRÈRE. UNA NOVELA RUSA.




 

Creo que el año pasado leí tres novelas de Carrère y las tres me entusiasmaron, así que busqué la que escribió después de escribir El adversario, para mí de las mejores novelas leídas en los últimos años. Es tremenda; impactante, sobrecogedora.
  En principio creí que esta novela trataba sobre una investigación sobre su abuelo materno, desaparecido en Rusia, durante la gran guerra, sospechoso de colaborar con los alemanes. Pero no, el libro es una historia de amor, una historia dolorosa como son todas las historias de amor desgraciadas, a la manera de las familias desgraciadas de Tolstoi.
  Todo comienza cuando el director de Le Monde le pide un relato erótico de no sé cuantos miles de caracteres. Lo hace con la condición de que se publique un día determinado para que su novia lo lea ese mismo día para influir en la realidad; el poder de las palabras y la comunicación. Pero todo sale mal: ¿Es ficción por no haber modificado la realidad? ¿Es pura realidad? El caso es que su relación con su novia (cuenta que había dejado a su mujer y a sus hijos) se tuerce por los celos obsesivos. El relato erótico, que también se transcribe tal cual en el libro (y en la realidad) es malo. Peter Sollers también empleó su espacio de crítica para ponerlo a parir, en mi opinión, con razón. Carrère ha demostrado, si es verdad lo que cuenta, ser un tipo con temperamento de adolescente. No obstante quizá todos los hombres seamos así. Yo le perdono, tanta felicidad lectora me ha procurado.
  Al abuelo materno lo investiga poco al final porque su madre le pide que no lo haga: un secreto doloroso para su familia, así que apenas se menciona y además, no pasaría nada porque lo hubiera suprimido del todo porque es lo menos interesante. Claire, existe, lo acabo de escuchar en una entrevista de las que hay en youtube. Una representación de la realidad; como una fotografía, pero en este caso me temo que demasiado poco artística. Quiso hacer una novela más amable y al final el horror apareció como una explosión.  Es su obsesión y le persigue. Seguiré leyendo sus libros. Siempre.

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