martes, 27 de junio de 2023

DE SENECTUTE. NOBERTO BOBBIO.


 

  Como tantas otras veces, en la librería de Argüelles que suelo frecuentar, la Solidaria, vi cuando ya me iba sin nada interesante que echarme a los ojos, este libro, de Noberto Bobbio, libro que he querido leer desde que se editó allá por la mitad de los noventa. Tres euros en una bonita edición de Tauro. Qué piensa un sabio sobre la vejez y la muerte. Qué interesante me parece el tema precisamente ahora. Mi padre, quizá influenciado por la mujer que en Ecuador despertó en el ataúd de su propio funeral, me ha pedido que a su muerte se le incinere. ¿Qué más te da papá? Quedará sobre tu conciencia. No sé si tengo machismo encima como para saber si tengo conciencia o si soy fascista. Hemos comido en un sitio unos tallarines con trozos de pescado y mucho cebollino, muy rico. Quizá este libro me estaba esperando porque habla y reflexiona sobre muchas de las cosas que pienso y digo desde la enfermedad de mi padre.   

  “Los pensamientos de una persona anciana tienden a entorpecerse. A cierta edad cuesta cambiar de opinión”. Qué certero. Parece haber estado con mi padre hace un rato.

  “El excesivo apego a las propias ideas nos hace más parciales”.

  Lo que acabo de decir: este libro me ha llegado en el momento justo: “Quienes escribieron sobre la vejez, empezando por Cicerón, rondaban los sesenta”.

  “… hay más historia en cien años de la que el mundo tuvo en cuatro mil, y que más libros se han hecho en esta centuria que en los cinco milenios anteriores”.

  “Cuanto más firmes se mantiene los puntos de referencia de su universo cultural, más se aparta el viejo de su propia época”.

  “El descenso es continuo y, lo cual es peor, irreversible: bajas un pequeño peldaño cada vez, pero una vez puesto el pie en el peldaño más bajo, sabes que no volverás al peldaño más alto. No sé cuántos quedan aún. Pero no me cabe duda de una cosa: son cada vez menos”.

  “De mi muerte pueden hablar solamente los otros”.

  “La respuesta del no creyente excluye cualquier otra pregunta. Para el creyente, en cambio, las preguntas más angustiosas comienzan en el momento de admitir la existencia de otra vida después de la vida. Otra vida: ¿cuál?”.

  “…la convicción de que el individuo tiene valor en sí, y el Estado está hecho para el individuo y no el individuo para el Estado”.

  “También  las ideas salen más lentas de la cabeza. Y las que salen siempre son las mimas. ¡Qué aburrimiento! No es que el viejo esté especialmente encariñado con sus ideas. No tiene otras… el mecanismo de la memoria se ha atascado”.

  “Hay dos categorías de personas: los satisfechos de sí y los nunca contentos. Yo pertenezco sin sombra de dudas al grupo de los segundos”.

  “He tenido entre manos un número inmenso de doctos volúmenes de estudiosos antaño celebrados o autocelebrantes, de los que no ha quedado el menor recuerdo salvo cuatro o cinco líneas en una enciclopedia”.

  Política: “La liberación del fascismo había sido la liberación de una dictadura. Mas ¿no era asimismo una dictadura el régimen impuesto desde hacía decenios en la Unión Soviética?”

  “Los pueblos primitivos se comían a los viejos para garantizar el progreso. Ahora los metemos en las academias, una forma como otra cualquiera de embalsamarlos”.

  “La democracia es el lugar donde los extremistas no prevalecen (y, si lo hacen, se acabó la democracia)”. “El extremista no puede permitirse errar, pues no tiene vuelta atrás. Los errores del moderado demócrata y reformista son subsanables, los del extremista no, o al menos sólo son subsanables pasando de un extremismo a otro”.

  “La democracia puede definirse como el sistema de reglas que permiten instaurar y desarrollar una convivencia pacífica”.

  Hablo con una amiga y me dice que ella estudió a Bobbio en la carrera. Qué felicidad tengo de que yo no tenga que hacerlo. Que lo haga por simple placer.

jueves, 22 de junio de 2023

LA REINA VICTORIA. LYTTON STRACHEY.

 

  Siento una especie de alegría cuando repaso los puestos de las ferias de libros y llego donde se despliega la cantidad ingente de publicaciones históricas de la editorial Renacimiento. Recordemos que esta editorial tiene como dueño al gran Abelardo Linares, el mismo que compró un contenedor gigantesco de libros en un almacén de Nueva York y se los trajo a Sevilla para trasegar con el material, hacer bellas ediciones de autores del exilio, de libros olvidados en definitiva. También ha publicado clásicos como esta biografía de la reina Victoria, que es ya un referente en la literatura biográfica. Me ha pasado en la feria del libro antiguo y de ocasión de Recoletos donde compré, en presencia de Trapiello, que estaba allí hablando con la encargada, cuando repasaba del amplio catálogo de la editorial. Y me pasado en la feria del Retiro y cada vez que recorro las casetas de la Cuesta de Moyano. Es raro que no tenga siempre un pendiente de esta editorial. Por ejemplo el Atlas Personal de Fernando Castillo.

  Está escrita con una rara mezcla de erudición y brevedad. Sus capítulos están ordenados según los tiempos de la propia vida regia y alterna lo mayúsculo con el detalle nunca escabroso.

  Strechey ha sido para mí un ser extraordinario cuando he tratado otros libros, como la biografía de la pintora Dora Carrington de Michael Holroyd. Un tipo cultísimo, alto, delgado como un espíritu, de manos largas, huesudas y delicadas, homosexual apasionado y sufriente. Del grupo de Bloomsbury, junto con Virginia Woolf, Maynard Keines, Brenan, etc.

  Tan importante fue su reinado que dio nombre a su época, la Victoriana, y donde se hicieron cuantiosos adelantos científicos, de exploración, de grandes exposiciones junto al príncipe Alberto, y donde se estableció el imperio británico en todo su esplendor.

  Tengo gran interés en abordar la miniserie que está alojada en alguna plataforma sobre la reina Victoria.

  Se describe a los distintos personajes que fueron importantes en su vida como primeros ministros, familiares como el príncipe Alberto, el heredero Eduardo VII, época eudardiana, de la ingente prole y hasta de los sirvientes más importantes y leales. Como por ejemplo de John Brown, el fiel paje que inspiró una película de la BBC, Mrs Brown. Y de política, donde según pasaban los años iba tomando más y más protagonismo.

  “La constitución inglesa –esa indescriptible entidad- es una cosa viva, que crece con el crecimiento de los hombres y que asume formas eternamente variables, de acuerdo con las sutiles y complejas leyes del humano carácter. Es hija de la sabiduría y de la casualidad”.

  Cómo cambian los tiempos. En la época de la reina no estaba bien visto el poder en manos femeninas, otra de las paradojas de la historia: “En 1870, habiendo leído (la reina) por casualidad, la reseña de un meeting en favor del sufragio femenino, escribió a Mrs, Martin, con regia cólera: La Reina tiene el mayor interés en alistar a todo el que sepa hablar o escribir para que se unan en la empresa de contrarrestar esa insensata y perversa locura de los ´derechos de las mujeres´. “Dios creó a los hombres y a las mujeres distintos; que siga cada cual ocupando su propio puesto”.

  Los tiempos cambiaron y siguen cambiando. Siempre a mejor, aunque aún salgan por ahí indeseables en cualquier parte del mundo. Buena lectura.

domingo, 18 de junio de 2023

Los Pazos de Ulloa. Emilia Pardo Bazán.


 

  En mayo del 21 se cumplieron cien años del fallecimiento de esta inmensa escritora coruñesa. Quizá por ello se habló más de ella y de su obra. Entonces me di cuenta que había leído mucho sobre ella pero nada de ella. Entonces apareció la colección de quiosco que tan buena labor hace con las obras literarias en general y decidí comprar esta (Cátedra) para solucionar esa laguna.

  La novela se lee bien a pesar de que cada vez leo menos novelas. Como les confesé hace poco a unos amigos cada vez leo más ensayo, historia, biografías, diarios o memorias antes que novela. A los clásicos hay que volver y esta novela es un clásico.

  Los personajes están bien perfilados y uno entiende enseguida la trama. Julián, el sacerdote de los Lage que aparece en el Pazo para hacerse cargo de la hacienda y administración y que descubre todo un sistema social corrompido, como espejo de la sociedad en todo el país. La introducción ocupa setenta páginas y está muy bien urdida. El jinete poco hábil llega en un borrico dando trompicones en medio de una naturaleza gallega que es como decir una naturaleza de jungla. Y aparecen los personajes que harán el contrapunto a la bondad del sacerdote. Viene enseguida a enseñarnos a la moza cocinera de la que el señorito tiene un hijo de cuatro años que anda por la finca como perico por su casa. Y se describe la estancia con observaciones ricas: “las polillas, que parecen polvo organizado y volante, agitaban sus alas y se le metían por entre su ropa”.

  Se puede imaginar enseguida la calidad de hasta los pensamientos de alguno: “Era Don Pedro de los que juzgan muy importantes y dignas de comentarse sus propias acciones y mutaciones –achaque propia de egoístas- y han menester tener siempre cerca de sí algún inferior o subordinado a quien referirlas, para que les atribuya también valor extraordinario”.

  Emilia Pardo Bazán debería haber sido más reconocida en vida. Menos mal que con el tiempo ha alcanzado el puesto que se merece. Si le preguntamos a personas con un poco de cultura por nombres de mujeres escritoras en España la mayoría nombrará a ésta en los primeros lugares. Hizo novela y ensayo y se nota por párrafos como éste: “Si unas elecciones durasen mucho, acabarían con quien las maneja, a puro cansancio, molimiento y tensión del cuerpo y del espíritu, pues los odios enconados, la perpetua sospecha de traición, las ardientes promesas, las amenazas, las murmuraciones, las correrías y cartas incesantes, los mensajes, las intrigas, la falta de sueño, las comidas sin orden, componen una existencia vertiginosa e inaguantable”.

  Cada vez vea por ahí una novela de esta autora me haré con ella, por ejemplo la continuación La madre naturaleza, Insolación, etc.  

 

lunes, 12 de junio de 2023

Breve historia de los argentinos. Félix Luna.

   Hace poco más de un año mi tía se mudó de su casa grande a un pequeño piso en el centro del pueblo. Resultó una pena porque en esa casa pasamos toda la familia momentos muy felices. Celebraciones, veranos en la piscina, cenas a la luz de las estrellas. Ella tenía una biblioteca bien abastecida y quiso desprenderse de ella, para lo cual a cada visitante le animaba para que se llevara lo que quisiera. Yo me llevé varios, sobre todo de historia, que es el tema que más me interesa últimamente, junto a las biografías, las memorias y los diarios. Uno de esos libros fue este.

Breve historia de los argentinos, del historiador Félix Luna. Se lee en un par de días y es curioso la de cosas que aprende uno.

“Si cuando el vierrey o el gobernador recibía una cédula real, emanada del mismo monarca instalado en Madrid, y al leerla la consideraba un disparate, solemnemente convocaba a los funcionarios, al cabildo, a la Audiencia, al obispo y decía: Se acata pero no se cumple”.

  Mucho antes del nazismo… “existió cerca de Dolores un campo de concentración llamado Las Bruscas, donde prisioneros españoles lo pasaban muy mal. Algunos intentaron fugarse”.

  “En marzo de 1945 el gobierno argentino se vio en la necesidad de declarar la guerra a Alemania y Japón, so pena de no poder ingresar en la ONU, para lo cual era requisito indispensable haber declarado la guerra a los países del Eje. Marzo de 1945 fue tal vez el momento más bajo del prestigio militar. Se declaró la guerra a dos países vencidos”.

  “Antes de asumir la presidencia constitucional de 1946 (Perón) decidió disolver las fuerzas políticas que habían votado su nombre en febrero y constituir con los restos de estas fuerzas un partido, que en un principio no tuvo nombre, después fue llamado Partido Único de la Revolución Nacional y finalmente, se llamó Partido Peronista”. ¿A qué, a quién os recuerda esto?

  Otro dato tremendo: Un grupo opositor da un golpe al gobierno guatemalteco con ayuda de EEUU. Un grupo de estos dirigentes se refugia en la embajada argentina. Son llevados en avión a Buenos Aires. Y qué hacer Perón, los mete en la cárcel por más de un año. Tipos que pensaban como él, en distribuir mejor la riqueza.

  El hermano de Evita, Juan Duarte, secretario privado de Perón, fue acusado de medrar en el abastecimiento de carne a la población. Tuvo que dimitir y al tercer día se suicidó. Después de la muerte de Evita Juan Domingo se enrolló con una jovencita de catorce años a la cual paseó por diversos saraos como el Festival de cine de Mar de Plata. Quizá se sintió poeta como Antonio Machado.

  En fin, me ha parecido interesante. Recuerda que según Carlos Fuentes los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos descienden… de los barcos”.

 

sábado, 10 de junio de 2023

LA RAZÓN EN MARCHA. JULIO VALDEÓN. Conversaciones con Félix Ovejero.


 

  Tengo doble edad de la que tú tenías cuando yo tenía la edad que tú tienes. Cuando tú tengas la edad que yo tengo la suma de la edad será de 63 años. ¿Qué edad tenemos cada una?

 

   Este es un problema galimatías que mi padre repetía a familia y amistades cuando se trataban asuntos de acertijos, matemáticas o pasatiempos. Nunca se me olvidó el enunciado y hasta salió en un examen de oposición en el cual gasté un segundo. Pues bien, hoy se cumple de manera biológica y natural en mis hijas. La mayor le haría el enunciado a la menor siendo la edad de ambas la solución matemática al problema. ¿Qué edad tiene cada una?

  Hemos estado un par de días en Barcelona. El ambiente es maravilloso si bien con exceso de turismo. Oleadas de colas para entrar en cualquier sitio. Hasta el taxista que nos llevó ayer al hotel se quejaba: a veces tengo que descansar de hacer carreras. Me dijo que estaba un poco harto de los indepes (cuando nos preguntó y respondí que era de Madrid) y que había roto no pocas amistades por el temita. Dijo sentirse muy orgulloso de ser español y catalán. Se ven pocas esteladas y las que se ven se ven gastadas por la intemperie. Comimos tres paellas deliciosas en el Raval rematadas con un correcto blanco del Penedés y una crema catalana digna del nombre. Me gusta Barcelona porque han sabido ejercer el diseño de las cosas: la arquitectura, el asunto gráfico, los carteles, las gorras, los escaparates. Parecen más modernos porque lo son. Me temo que toda aquella fiebre del procés se va a volver a reproducir con la llegada del centro derecha. Ya se sabe que cuando al niño le quitan el chupete llora.

  Recién acabado el libro de Julio Valdeón en conversación con Félix Ovejero.

  “A un inmigrante llamado Juan le llaman en el cole Joan y le parece bien. Es una forma barata de ingresarlo en la clase media”.

  “Hitler quería a su perro y aseguraba a los trabajadores vacaciones pagadas”. El otro día estuve de acuerdo con Otegui cuando aseguró que dos más dos son cuatro. Ortega: “Se puede ser tonto en varios idiomas” para los que encumbran a Sánchez por lo del inglés.

  “¿Cómo explico el salto entre el motivo genuino y el motivo que nosotros nos damos? Creamos una teoría del amor, una poesía, pero todo eso es pirotecnia, lo que va por debajo son los genes esparciéndose por el fornicio”. Esto entronca con una frase de Los Miserables: En el amor Dios pone el talento, el hombre la tontería.

  “De los 1966 delegados en el congreso del PCUS de 1934, fusiló a 1108”. El mayor asesino de comunistas fue Stalin.

  “Podemos actural, la peor experiencia política española desde la Transición, por precisar mi punto de vista”. Y el mío.

  “Al bajar del avión les dije (a los nacionalistas vascos que le invitaron a dar unas charlas) que todo lo que decía Savater me parecía poco”. A partir de ahí podríamos hablar de futbol o de mujeres, aclaró.

  “El gobierno puede negociar con los secesionistas, o moldear la ley para acomodarla a los delincuentes”. “Cuando se habla del régimen del 78: para empezar, sostener que es la herencia de Franco, algo tan trivial, e injusto, como decir que el franquismo es una herencia de la República”. Cuántas veces he querido decir lo mismo con palabras de más.

  Comenta el caso del gobernador George Wallace quien defendía que la voluntad de su estado, Alabama, y que estaba por encima de lo que dijesen los tribunales o la Corte Suprema. Wallace defendía la segregación y su gente lo votaba masivamente.

  “Siempre creí que Zapatero era un buen tipo, y un bobo solemne, tonto”. Zapatero maniobró para que El País se deshiciera de articulistas críticos, y lo consiguió.

  Curchill “No hay mejor argumento contra la democracia que media hora con el votante medio”. Habría que ver la evolución, para mejor o peor, de las medias.

  “A veces se olvida que durante la República los de ERC, racistas de manual, paraban los trenes de los trabajadores para devolverlos a Murcia”.

  “Para mejorar mis talentos trato de cultivar ciertas compañías, porque la conversación siempre se da a la altura del más tonto”. Me acordé que no me gusta jugar al mus aunque me ganen si veo que no hay nivel.

  Qué bien expresado, cuántas veces he intentado decir lo mismo con menos fortuna: “Simplemente porque los conceptos tienen tal laxitud, están tan lejos de la acción política concreta, que te permiten rellenarlos de premisas intermedias para componer el relato que quieres. Tú sabes dónde quieres llegar y te montas la película para que todo encaje”. Práctica que ha utilizado el gobierno de coalición hasta la saciedad.

  Invitaron a unos cuantos sabios de la política internacional;  a uno, “al llegar aquí, apenas aterrizado, van y le preguntan: ¿Qué hay que hacer en España? Cuando el hombre todavía tenía intonsas las páginas de su Lonely Planet recién comprada”.

  Hacer las cosas “como aquel pintor del que se burlaba Cervantes en el Quijote, que pintaba a lo que salga. Si sale con barbas, San Antón; si no, la Purísima Concepción”.

  Me aplico la frase para el próximo intento de En busca del tiempo perdido: “La mejor literatura se disfruta después de sufrir la mejor literatura”.

  Cita para un próximo artículo de Ovejero: “La política de la identidad es la ingeniosa idea de que la mejor manera de combatir el racismo, el sexismo y la homofobia es juzgar a la persona por su raza, su sexo y por su orientación sexual”.

 

  “Algún amigo literato me ha contado alguna experiencia completamente lunática. Estaba de jurado en un premio de poesía y se lo dieron a un libro de poesía en euskera… Una lengua que ninguno del tribunal era capaz de leer”. Cuando la razón en arte es superada por la razón política.

  Un recuerdo de Jaume Perich: “el nacionalismo consiste en creer que los seres humanos descendemos de distintos monos”.

  El objetivo del viaje ha sido acompañar a la peque a ver a la Beyoncé. Nos confesó que lloró cuando se acercó a la parte del escenario en donde estaba ella. Le dije que antes (y algunos ahora) la gente lloraba con la cercanía de la Virgen, con esa devoción desaforada. Me aclaró que ella defiende el que todos sus seguidores logren ser lo que ellos quieran. No me parece mala filosofía. El tren venía lleno de lo que nos pareció gente con identidad de género. Lo que nos pareció la mar de bien.

 

martes, 6 de junio de 2023

EL AZUL RELATIVO. ANDRÉS TRAPIELLO.

   Después de ver en ese puesto de Recoletos a Trapiello, donde me firmó el último Éramos otros, seguí en dirección Plaza de Castilla viendo los demás tinglados. En uno de ellos charlé un rato con el dueño de una librería de viejo de Barcelona especialmente bien surtida y le compré los otros dos de Trapiello que me llevé ese día: éste y la novela de la que él mismo dice que hablaron tan mal los críticos: La malandanza.

  Me decidí porque en el prólogo confiesa que este libro, en realidad una conjunción de artículos en la Vanguardia, podría ser un complemento a sus diarios, un pequeño Salón de los Pasos Perdidos. Editorial Península, año 99 y finito de tamaño. He tardado día y pico en leerlo, siempre con asombro y admiración.

  Una pullita de las que me gustan en torno al arte vanguardista: “Chillida era un escultor que todo lo que hacía era siempre un monumento a la democracia, a la libertad, a la patria común de los vascos, a la concordia, de modo y manera que si alguien osaba decir que no le gustaban tales obras, pudiese de inmediato ser acusado, ante la comunidad, de ser enemigo de la libertad, de la democracia, de los vascos, y, por lo tanto, de reaccionario, el peor de los insultos en los años bobos”.

  Y una de esas casualidades de la vida. Antes de llegar a leer el octavo artículo, Lo raro que es todo, fui a acompañar a mi hija a un gran centro comercial y mientras ella procedía con sus cosas yo me fui al Book que intento evitar, como los enfermos del juego en los bingos. El caso es que había en el montón de 1 euro libros bastante apetecibles. Me llevé tres tochos, uno de ellos una biografía de María de la O Lejárraga. Pues nada más llegar a casa leo esto en el dicho artículo: “María de la O Lejárraga, la mujer de Martínez Sierra, estuvo a principios de siglo en ese viejo hospicio de León. Es éste uno de esos datos mínimos que vienen en las biografías, si vienen, y en los que, como es lógico, nadie suele reparar”. Veremos, ya me enteraré porque me acordaré de esto.

  En el siguiente, La realidad invisible, me asaltó un prurito de vanidad pero como esto es para mí y sólo para mí, lo plasmo tal cual. Desde la primera frase ya sabía de quién iba a hablar: “Hace sesenta y cinco años una señorita elegantemente vestida alquiló un taxi y ordenó al chauffeur que la condujese a las Rozas…”, etc. Ya sabía que se trataba de Margarita Gil, la escultora que se suicidó de un pistoletazo por el amor no correspondido de Juan Ramón Jiménez.

  De los viajes: “Hay dos momentos especialmente hermosos de un viaje: su preparación y el regreso”. No puedo estar más de acuerdo. Pocas cosas me gustan más que abrir la puerta y entrar en casa, ver mis cosas tal cual las había dejado.

  Acabo la lectura, apenas un par de días, lo cierro, y alivia la pena el que aún me quede uno de los suyos por leer.

  Editorial Península. Año 99. 174 páginas.

viernes, 2 de junio de 2023

MANUEL CHAVES NOGALES. EL MAESTRO JUAN MARTÍNEZ ESTABA ALLÍ.


 

  Entre citas médicas y trámites en asuntos sociales (hasta ahora las ayudas públicas siempre han sido algo para los demás) me fui tomar un desayuno a la cafetería donde va mi padre cuando puede. Para él ir a tomar algo allí es su aventura del día. Se me acercó un tipo: qué tal vecino cómo está tu padre. De tres hermanos él era el pequeño pero ahora es un tipo de cuarenta y tantos alto, con una melena atada en coleta por detrás de una cabeza monumental. Mi madre me dijo que era músico pero mi padre con sus cantinelas de prejuicios me dijo que no tenía ni idea de música. Se lo conté por encima (que estaba mal) y me preguntó ¿qué estás leyendo? Suyo el error. Le dije que trataba de que Chaves Nogales (¿lo conoces? Parecía que no) se encontraba con un tipo en París, un tal Juan Martínez, bailaor de flamenco y que éste le contaba sus cuitas, penalidades, desventuras, miedos, hambres, etc, en la Rusia de la revolución. Le dije alguna cosa más y parece que le interesó. Tanto que quiso invitarme a lo que rehusé amablemente. Seguimos hablando de futbol, de la infancia y casi de política. Me tenía que ir. Hubiera estado hablando toda la mañana con él. De libros. Él me dijo que leía pero sobre todo libros técnicos. Otro día le preguntaré por esos libros. Me tenía que ir. Al final fui a la farmacia, me dieron las inyecciones y puse una a mi padre por primera vez en mi vida.

  El libro se lee como todos los de Chaves Nogales que he leído, muchos.  Es ameno y con dos brochazos puedes ver el aspecto de quien habla por primera vez. Cuenta las escenas de manera rápida pero sumamente certeras. Y cuenta cosas de la política, de la mala política que quisieron implantar los bolcheviques sobre un régimen igualmente horrible, el zarismo, los blancos, los superados mencheviques.

  Este libro lo vi en la librería que suelo frecuentar por tener restos de ediciones a precios baratos que hay en un gran centro comercial. Éste es de Libros del Asteroide. Y prólogo de Trapiello, para qué más.

  La narración de los hechos es lineal. El periplo del viaje hasta Rusia pasando por Turquía. Cuenta la guerra como testigo allí. Los Dardanelos. Las penetraciones de los submarinos hasta los puentes. Y esta anécdota que tanto me ha gustado. “Ante los ojos de muchos curiosos el submarino se sumergió en el puerto, llevando a los tripulantes ingleses y a los técnicos alemanes que querían aprender su manejo. Pero no volvió a Sali a flote. Se aseguraba que los ingleses habían tenido la heroica resolución de hundirlo y perecer en el fondo de la bahía, junto con los jefes alemanes, con tal de no poner en manos de éstos los secretos de la navegación submarina británica”.

  Qué ganas de leer mis dos volúmenes de El Don apacible: “Toda la esperanza de los zaristas estaba en unos regimientos de cosacos del Don que se esperaban”.

  “Moscú y Petrogrado olían ya a algo que yo entonces no sabía a qué era: olían a bolchevique”.

  Es indignante  la bronca que nos echó ayer a los españoles el presidente por haber votado mal. Con toda su plana mayor aplaudiendo como sólo se aplaude en China o en Corea del Norte. Ya lo decía Juan Martínez, el protagonista del libro de Chaves Nogales: “Moscú y Petrogrado olían ya a algo que yo entonces no sabía a qué era: olían a bolchevique”. Así empezaba a oler ya en España.

  Parece ser que le va a dejar el marrón a otro socialista y se va a pirar a un puesto de alto rango en la OTAN.

  “Los campesinos querían apoderarse de las tierras en vista de que había habido una revolución en Petrogrado, y los dueños se defendían a tiros”. Qué bien los imitamos pocos años después en España.

  Cuenta una de las anécdotas que he contado estos días: Estaba detenido en una estación de tren y le acusaban de ser un puto burgués. Él se defendía diciendo que era proletario. Para demostrarlo enseñó sus manos llenas de callos. Eran de las castañuelas. El flamenco les salvó la vida.

  “Por toda la ciudad se extendió el terror. El zarismo volvía”. Leyendo esto me acordé de la palabra que empleó en sus artículos Unamuno para referirse a su postura de que ni con unos ni con otros: Hunos y Hotros. La palabra es Alterutral. “Asesinos rojos o asesinos blancos, ¿qué más daba?”.

  “Uno cree que esto de morir es más complicado y difícil. Se imagina las ejecuciones como algo terrible y solemne. No hay tal cosa. Los bolcheviques mataban, sencillamente, porque creían que había que matar, sin concederle ninguna importancia”.

  No dejo de repetir insistentemente que la prueba de que es mejor el capitalismo que lo soviético está en que la gente intenta entrar en lo primero para escapar de lo segundo. “Era otro bolchevique harto del bolchevismo, que escapaba jugándose la vida con tal de llegar a un país burgués”.

  Libros del Asteroide sacó la obra completa de Chaves Nogales. No podía comprarla porque tengo muchos de sus libros. Pocos me quedarán.