El otro día vi la película Mi tío Frank. Qué historia tan bien contada. Claro, cómo no me iba a gustar si el guionista fue el que escribió el de American Beauty, una de mis películas favoritas de todos los tiempos. En una de las conversaciones ella, una de las protagonistas, le cuenta a él, un compañero algo chulesco, los autores que más le gustan: la primera Carson McCullers. Por casualidad es el libro que he leído y que con tanta pasión lleva recomendando Elvira Lindo desde hace años. Sin embargo cuesta entrar en la trama del libro, trama por lo demás casi inexistente. La acción (la acción es mucho decir) se desarrolla en el sur de EEUU en la época de la depresión. Los personajes están todos a falta de cariño y amor, y sufren de soledad e incomprensión. Los dos primeros son Antonapoulos, un muchacho de origen griego medio tarado e infantiloide; y el personaje sobre el que giran todos los demás: John Singer, sordomudo, buena persona, siempre dispuesto a ayudar y el mejor escuchador del mundo: una persona que sabe escuchar tiene una bendición natural que le servirá en todos los ámbitos de la vida… “llegaban y se ponían a hablar en la silenciosa habitación, porque sentían que el mudo siempre comprendía, fuera lo que fuera lo que quisieran decirle. Y tal vez incluso más”. Entre ellos no obstante se entendían por el lenguaje de signos y jugaban algunas veces al ajedrez.
Otro personaje es el Dr. Copeland y así hablaba de Singer: “Era un hombre sabio, y comprendía, de un modo del que no eran capaces los demás blancos, los firmes y verdaderos propósitos. Escuchaba y en su cara se reflejaba algo afable y judío, el conocimiento de alguien que pertenece a una raza oprimida”. El médico, como muchos otros personajes, es negro. Y se aprecia el problema racial, como uno de los elementos más importantes en la novela.
El médico suelta a veces unas largas parrafadas. Defiende el derecho de su raza. Y a veces compara esa defensa, la igualdad, la justicia, con el comunismo y el cristianismo. “Él sabía. Cuando decía que le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que un rico entrar en el reino de los cielos, sabía condenadamente bien lo que decía. Pero mire lo que la Iglesia ha hecho con Jesús durante los últimos dos mil años. Qué han hecho de él. Cómo han desfigurado cada palabra que pronunció para servir a sus malvados propósitos. Jesús estaría en la cárcel, si viviera hoy. Jesús sería uno de los que realmente saben”. Cuánto me ha recordado este párrafo al famoso capítulo de Los Hermanos Karamazov, la novela de Dostoievski donde la Santa Inquisición prende a Jesús en la Semana Santa de Sevilla.
Esta novela fue escrita por la autora con solo 23 años. Grahan Green dice desde la contraportada que le gusta más que Faulkner porque es más aquella escribía de manera más clara, y más que D.H. Lawrence porque no tiene mensaje. Estoy de acuerdo. Como dije, al principio me costó entrar en ese mundo pero luego no tuve más remedio que rendirme a su talento inmenso.
Este ejemplar lo compré absolutamente nuevo, en la librería solidaria de Moncloa por 4 euros el 7 de octubre de 2020. Edición del 2008.
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