Camus es para mí, para muchos europeos que lo
han leído, un referente moral. En mi pirámide interior lo tengo en la cúspide
junto con Orwell y, más cercano, junto a Savater. Estas páginas, quizá un
sustrato de toda su obra, están compuestas por varios ensayos escritos en su
juventud, el discurso de Suecia y una conferencia de 1957 que marcó una época:
”El artista y su tiempo”.
En el Prefacio hace una alabanza de su niñez, pobre pero a la vez feliz, deleitosa: “En
África el mar y el sol son gratis”. “Me gustan las casas desnudas de los árabes
o de los españoles”, “La pobreza, pues, tal como la viví, no me enseñó el
resentimiento, sino, antes bien, cierta felicidad y una tendencia muda”.
En el ensayo “Ironía” se habla de la muerte.
Tres destinos semejantes. La muerte para todos, pero a cada cual su propia
muerte. “A fin de cuentas, pese a todo, el sol nos calienta los huesos”.
En “entre sí y no” se habla de la pérdida, de
la muerte también. Y la atmósfera, la atmósfera triste de la niñez, de la
muerte del padre, de los olores, del calor y de las calles ardientes, de tener
una madre que es incapaz de dar cariño, de la soledad.
En “Con el alma transida” Camus llega a Praga
y siente un vacío profundo. Es incapaz de estar en la habitación de su hotel.
“Cualquier país en que no me aburra es un país en que no aprendo nada”. Se
muere de soledad y recuerda sus comienzos en su ciudad a orillas del
Mediterráneo “Habría llorado como un niño si alguien me hubiera abierto los
brazos”.
“Pasión por la vida”, un recorrido por las
islas de Mallorca e Ibiza. Una delicia. “Hay mujeres en Génova cuya sonrisa amé
durante toda una mañana”.
De
la conferencia del 14 de diciembre de 1957: El difícil papel de los intelectuales;
antes y ahora y siempre “Un sabio oriental pedía en sus plegarias que la
divinidad tuviese a bien dispensarle de vivir una época interesante. A
nosotros, como no somos sabios, la divinidad no nos ha dispensado y vivimos una
época interesante. En todo caso, no admite que podamos desinteresarnos de ella.
Los escritores de hoy lo saben. Si hablan, se les critica y se les ataca. Si,
por modestia, callan, sólo se les hablará de su silencio, para reprochárselo
ruidosamente”.
“El único artista comprometido es el que sin
rechazar el combate, se niega al menos a sumarse a los ejércitos regulares, me
refiero al francotirador”.
“El arte camina entre dos abismos, que son la
frivolidad y la propaganda”.
Siempre Camus.
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