Esta mañana ha vuelto a suceder. He llevado a
mi hija al aeropuerto y para ello me he levantado a las cinco y media de la
mañana. Luego, a la vuelta, he comprado unos churros, los he comido y me he
vuelto a meter en la cama. Otro par de horas de sueño. En el duermevela he
armado una historia, más bien una frase, que me parecía perfecta. Cada adjetivo
añadido, cada palabra, encajaba como el trabajo de un orfebre. He estado
tentado de levantarme y anotarla en la agenda pero no he podido. Me ha vencido
el peso del cuerpo en la modorra. Pensé que me acordaría más tarde, cuando me
levantara. Me la he repetido varias veces. Ahora he olvidado la historia y por
supuesto la frase. Pero creo que tenía que ver con algo del procés catalán y el
que hayan dicho que van a pasar de la unilateralidad a la bilateralidad…
¿multilateralidad, quizá más adelante? Todo ello mezclado con el “poliamor” que
he leído hace poco no sé dónde y en el que decían que nunca salía bien eso en
el sexo.
También puede ser que estuviera relacionado
con otra frase que leí anoche en un artículo de Jot Down sobre una serie de HBO
y la crisis de los hombres a partir de los cincuenta y que me ha hecho reír:
“…Su mujer, Kim, interpretada por Pamela Adlon, tenía que lidiar expresamente
con este problema. Hubo una escena tremendamente didáctica. Louie, a mitad de
la noche, se empezaba a lamentar, insomne, de que ya había vivido la mitad de
su vida, de que le quedaba menos tiempo de lo que ya había existido, pero,
antes de llegar a la inminente taquicardia, Kim, casi sin abrir los ojos ni
soltar la almohada, le llevaba una mano a la entrepierna y lo masturbaba
rápidamente. Mano de santo, nunca mejor dicho: en el acto, Louie se olvidaba de
las urgencias metafísicas y ejecutaba radiantes movimientos en ocho con el culo
para engrandecer la eyaculación. Hete ahí la síntesis de la problemática”. Yo,
en otras ocasiones de crisis existenciales utilizo un buen bocata de jamón con
aceite virgen, tomate rallado y una buena jarra de cerveza helada. Y de postre
una onza de chocolate. Mano de santo.
Puede ser también que haya visto a Marta
Rovira llevar una mano a la entrepierna de Junqueras mientras este rezaba en su
celda intentando ver el cielo. Cosas del
inconsciente.
Feliz día de la Constitución.
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