De todos los libros que he leído de Camus,
ocho, este es el más denso, el paradigma del ensayo en su época, y por el que
posiblemente le dieran el Nobel. Apabullante. El ensayo, de 1957, trata sobre
la revolución, la rebeldía, en todas las facetas del ser humano, desde la Revolución
francesa a la rusa. También abarca pequeñas biografías de los que han sido de
alguna manera los grandes revolucionarios de su tiempo, o los grandes
protagonistas: Sade, Nietzsche, Lautremont. Habla de los que plasmaron las
grandes contradicciones de nuestro tiempo, por ejemplo de Dostoyevski con Los
hermanos Karamazov. “Dios es juzgado a su vez, y desde arriba. Si el mal es
necesario para la creación divina, esta creación es inaceptable entonces. Iván
no se remitirá ya a ese Dios misterioso, sino a un principio más alto que es la
justicia”.
Nihilismo; no tener fe. Dice en alguna parte
que “sabido es que el término nihilismo…” pues yo no lo sabía. “Sabido es que
el término mismo de nihilismo fue forjado por Turgueniev en una novela, Padres
e hijos, cuyo protagonista, Bazaroz, figuraba el retrato de ese tipo de hombre”.
“Todas las revoluciones modernas han
conducido a un reforzamiento del Estado. La de 1789 trajo a Napoleón, la de
1848 a Napoleón III, la de 1917 a Stalin, los disturbios italianos de los años
veinte a Mussolini, la república de Weimar a Hitler”.
“Vivo, dice Iván, a
despecho de la lógica. Si no tuviera fe en la vida, si dudara de una mujer
amada, del orden universal, convencido, por lo contrario, de que todo no es más
que un caos infernal y maldito, aun entonces, querría vivir pese a todo”. “Todo
está permitido”. Y habla, cómo no, del famoso capítulo del Gran Inquisidor
donde a Jesucristo, reaparecido en
Sevilla, es juzgado y encarcelado en una prisión en el siglo XVI por el…, sí,
por el Gran Inquisidor. Uno de los textos más demoledores en torno al cinismo y
verdad de la Iglesia.
La clave del libro está en su principio: “¿Qué
es un hombre rebelde? Un hombre que dice no. Pero si niega, no renuncia: es
también un hombre que dice sí, desde su primer movimiento. Un esclavo, que ha
recibido órdenes toda su vida, de pronto juzga inaceptable un nuevo mandato.
¿Cuál es el contenido de este no?”.
“El hombre es la única criatura que se niega
a ser lo que es”.
“El terror y los Campos de Concentración son los medios extremos que utiliza el hombre
para huir de la soledad”.
“Para no extraviarnos nunca, debemos estar
siempre prontos a creer negro lo que yo veo blanco, si la Iglesia jerárquica lo
define así”. San Ignacio. “El levmotiv de la defensa de Goering en el proceso
de Nuremberg repite esta idea: El vencedor será siempre el juez y el vencido el
acusado”.
Boussuet: “La masa total del género humano,
con alternancias de calma y agitación, de bienes y males, camina siempre,
aunque a paso lento, hacia una perfección mayor”. Imagino que lo de paso lento
será debido a la percepción de la cortedad de la vida humana.
El ensayo, como he dicho, aborda la rebeldía,
la revolución, desde muchos puntos de vista. El terror, la rebeldía histórica,
el terrorismo de estado, en el arte…, y éste precisamente es de los capítulos
que más me ha gustado. También, cómo no en Camus, habla del suicidio.
“Platón es aún moderado.
Sólo pone en tela de juicio la función engañosa del lenguaje y sólo destierra
de su república a los poetas. Por lo demás, sitúa la belleza por encima del
mundo”.
“Vana cosa la pintura que nos gusta por el
parecido de los objetos que no podrían gustarnos”. Pascal.
Observaciones interesantísimas sobre la
novela: “Nace aquí esa desgraciada envidia que tantos hombres sienten por la
vida de los otros. Percibiendo esas existencias por fuera, les suponen una
coherencia y una unidad que no pueden tener, en verdad, pero que parecen
evidentes al observados”. “Hacemos entonces arte de las existencias. De modo
elemental, las novelamos”.
“El mundo novelesco no es más que la corrección
de este mundo, según el deseo profundo del hombre”.
“Es difícil retornar a los lugares de la
dicha y la juventud. Las muchachas en flor ríen y parlotean eternamente frente
al mar, pero aquel que las contempla va perdiendo poco a poco el derecho de
amarlas, igual que aquellas a las que amó pierden el poder de ser amadas. Esta
melancolía es la de Proust”.
Ya tengo anotado Del Derecho y del revés.
Nunca hay que dejar de leer a Camus. Apenas nace uno como él en cada siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario