lunes, 2 de mayo de 2016

BARBARA W. TUCHMAN. La Marcha de la Locura; de Troya a Vietnam.




 Este ejemplar de casi setecientas páginas de la editorial RBA, es de aquellos que de vez en cuando aparecen en las grandes librerías en las mesas de saldo a precios ridículos. No se sabe por qué pasa esto pero a mí me da pena. Es esta historiadora una mujer de gran prestigio y de la que he leído bastantes elogios, sobre todo por su libro dedicado a la Primera Guerra Mundial: Los Cañones de Agosto. No voy a negar que, debido a esto, pensé que podría ser un libro negado, un aborto de calidad cuestionable. Nada más alejado de la verdad. El libro es un ensayo muy ameno sobre la capacidad humana de los gobernantes y los poderosos para meterse en problemas al tomar decisiones equivocadas en contra, incluso, de sus propios intereses. Lo temas que aquí se analizan son:
  Los Papas renacentistas, La Guerra de la Independencia americana o, lo que es lo mismo, la pérdida de las colonias por parte de Inglaterra, y la Guerra de Vietnam.
 Luego toca otros temas pero a menor escala. Hay que entender que para los tres principales se gastan casi doscientas páginas en cada uno. Esos temas tangenciales son la Guerra de Troya o lo que ella llama “El prototipo”, y la derrota de Moctezuma a manos de Cortés.
  He de reconocer que, a priori, el tema que más me interesaba era el del desastre americano, Vietnam. Pero los otros dos me han interesado muchísimo. He disfrutado un montón en la semana escasa que ha durado su lectura.
  Del tema de los Papas renacentistas se podría hacer una serie estilo juego de tronos en el que no faltaría el poder, la ambición, el lujo, el sexo y todo lo que las pasiones humanas demandan en este mundo.
  “En la búsqueda del significado debemos tener presente que los dioses (o Dios, si se prefiere) son un concepto de la mente humana; son criaturas del hombre, no a la inversa. Son seres imaginarios indispensables para conferir sentido y significado al enigma de la vida en la tierra, para explicar los fenómenos extraños e irregulares de la naturaleza, los acontecimientos azarosos y, sobre todo, la conducta humana irracional. Existen para soportar la carga de todas las cosas que resultan incomprensibles sin la intervención o el designio sobrenatural”.
  En el capítulo sobre la desconexión americana se establece como principal error la postura recalcitrante de mantener e incluso aumentar los impuestos en las colonias. El eterno problema del por querer más perderlo todo. “Ante la amenaza, o lo que se percibe como tal, los gobiernos tienden a erradicarla, en lugar de analizarla, comprenderla y definirla”. Después de mil discusiones, reuniones y desvaríos la conclusión es que había que ir a las armas. Mal asunto. “Los fantasmas que acosaban al almirante Radford en su imaginación, y que hasta el momento no han llegado a concretarse, plantean una pregunta interesante para el estudio de la insensatez. ¿Qué nivel de percepción, ficción o fantasía interviene en las decisiones políticas? ¿Qué extraños vuelos de la imaginación eluden las estimaciones razonables de la realidad? ¿Qué grado de convicción o, por el contrario, de exageración consciente opera? ¿Se concede credibilidad al argumento o se recurre a la inventiva retórica para justificar una determinada línea de actuación?
  Un libro recomendable e instructivo. Fácil de leer. Lectura placentera en la que no se da cuenta uno del paso de las páginas.  

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