Este ejemplar de casi setecientas páginas de
la editorial RBA, es de aquellos que de vez en cuando aparecen en las grandes
librerías en las mesas de saldo a precios ridículos. No se sabe por qué pasa
esto pero a mí me da pena. Es esta historiadora una mujer de gran prestigio y
de la que he leído bastantes elogios, sobre todo por su libro dedicado a la
Primera Guerra Mundial: Los Cañones de Agosto. No voy a negar que, debido a
esto, pensé que podría ser un libro negado, un aborto de calidad cuestionable. Nada
más alejado de la verdad. El libro es un ensayo muy ameno sobre la capacidad
humana de los gobernantes y los poderosos para meterse en problemas al tomar
decisiones equivocadas en contra, incluso, de sus propios intereses. Lo temas
que aquí se analizan son:
Los Papas renacentistas, La Guerra de la Independencia americana o, lo que es lo mismo, la pérdida de las colonias por parte de Inglaterra, y la Guerra de Vietnam.
Los Papas renacentistas, La Guerra de la Independencia americana o, lo que es lo mismo, la pérdida de las colonias por parte de Inglaterra, y la Guerra de Vietnam.
Luego toca otros temas pero a menor escala.
Hay que entender que para los tres principales se gastan casi doscientas
páginas en cada uno. Esos temas tangenciales son la Guerra de Troya o lo que
ella llama “El prototipo”, y la derrota de Moctezuma a manos de Cortés.
He de reconocer que, a priori, el tema que
más me interesaba era el del desastre americano, Vietnam. Pero los otros dos me
han interesado muchísimo. He disfrutado un montón en la semana escasa que ha
durado su lectura.
Del tema de los Papas renacentistas se podría
hacer una serie estilo juego de tronos en el que no faltaría el poder, la
ambición, el lujo, el sexo y todo lo que las pasiones humanas demandan en este
mundo.
“En la búsqueda del significado debemos tener
presente que los dioses (o Dios, si se prefiere) son un concepto de la mente
humana; son criaturas del hombre, no a la inversa. Son seres imaginarios
indispensables para conferir sentido y significado al enigma de la vida en la
tierra, para explicar los fenómenos extraños e irregulares de la naturaleza, los
acontecimientos azarosos y, sobre todo, la conducta humana irracional. Existen
para soportar la carga de todas las cosas que resultan incomprensibles sin la
intervención o el designio sobrenatural”.
En el capítulo sobre la desconexión americana
se establece como principal error la postura recalcitrante de mantener e
incluso aumentar los impuestos en las colonias. El eterno problema del por
querer más perderlo todo. “Ante la amenaza, o lo que se percibe como tal, los
gobiernos tienden a erradicarla, en lugar de analizarla, comprenderla y
definirla”. Después de mil discusiones, reuniones y desvaríos la conclusión es
que había que ir a las armas. Mal asunto. “Los fantasmas que acosaban al almirante
Radford en su imaginación, y que hasta el momento no han llegado a concretarse,
plantean una pregunta interesante para el estudio de la insensatez. ¿Qué nivel
de percepción, ficción o fantasía interviene en las decisiones políticas? ¿Qué
extraños vuelos de la imaginación eluden las estimaciones razonables de la
realidad? ¿Qué grado de convicción o, por el contrario, de exageración
consciente opera? ¿Se concede credibilidad al argumento o se recurre a la
inventiva retórica para justificar una determinada línea de actuación?
Un libro recomendable e instructivo. Fácil de
leer. Lectura placentera en la que no se da cuenta uno del paso de las páginas.
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