Muchas veces, discutiendo sobre política, digo que un suceso
de la historia no puede explicarse como una fotografía. Hay que explicarlo como
una película. Por qué han pasado las cosas; de qué hechos del pasado vienen
estos que pasan.
Cuando estalló la Guerra Civil Gerald Brenan
estaba en Málaga. Fue al tinte desde Churriana a recoger unos pantalones y a
comprar un libro en la calle Larios; libro que no tenían. Se compró la prensa,
fue a un café y allí leyó lo del 18 de julio.
Cuando pasaron los días y vio que aquello iba en serio y que la vida
corría peligro, se marchó a Inglaterra. Y allí se rodeó de libros e intentó
explicarse qué demonios estaba pasando en España. Cómo habíamos llegado a eso.
Y entonces, cuando más o menos lo tuvo claro, escribió este libro. Le costó lo suyo.
Desde que leí Al Sur de
Granada el gran Gerardo es de mis favoritos; sin embargo hay pocos libros suyos
editados. Hace un par de años leí su biografía, El Castillo Interior, de
Jonathan Gathorne-Hardy y ahí se contaba todo esto: El Laberinto Español,
Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil. Sólo alguien que viene de
fuera, no contaminado, puede entendernos. Alguien que, desde luego y sobre
todo, nos quería como pueblo, con todos sus defectos y miserias. Me ha
recordado, está narrado, en una forma parecida a la voz en off de la periodista
Victoria Prego en los documentales de la Transición. Es una forma de recordar
nuestra memoria histórica de lo más divertida, y no tan tremendista como la de
la periodista madrileña. Quizá muchos no estarían de acuerdo con lo que se cuenta
en estas páginas. Y es que han pasado más de setenta años de todo aquello. Ha
dado tiempo a cepillar muchas "cosas". Nos recuerda por ejemplo de
qué iban los catecismos en años tan cercanos como los años veinte para entender
de qué iban las pretensiones y la línea moral de la Iglesia en aquella época:
“¿Qué pecado es el liberalismo? Un pecado
gravísimo contra la fe. ¿Por qué? Porque consiste en una colección de herejías
condenadas por la Iglesia. ¿Es pecado para un católico leer un periódico
liberal? Puede leer las cotizaciones en Bolsa. ¿Qué clase de pecado comete el
que vota a un candidato liberal? Generalmente pecado mortal”. Estoy seguro que
este párrafo le encantaría leerlo a Esperanza Aguirre.
Siempre que leo un libro que me gusta mucho
estoy más contento que de ordinario. No sé, me resulta cautivador saber que aún
me quedan doscientas páginas de letra apretada y fascinante.
Defectos: es tanta la materia a tratar en
España desde la Restauración que siempre se tratan temas de forma superficial e
inexacta, como por ejemplo el paso por la Guerra de Marruecos o el
levantamiento de la Generalidad en la República. Pero con el estilo se puede
perdonar todo.
Ver a Gerald Brenan ante la caída en
desgracia del general Primo de Rivera. “Era un típico desenlace a la española.
No existe otro pueblo tan dado a elevar héroes; ninguno, tampoco, más pronto en
echar abajo al héroe que continúa triunfando. Y en España no hay nadie que
pueda triunfar y mantenerse mucho tiempo sobre la multitud”. Cómo nos conocía
el de Bloomsbury.
La edición que conseguí en la Cuesta de
Moyano es la de Ruedo Ibérico, traducido por Cano Ruiz, del año 1962. 53 años.
Los que yo tengo. 10 euros. Muchas horas de edificante lectura.
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