viernes, 31 de julio de 2015

ANTONIO MUÑOZ MOLINA. EN AUSENCIA DE BLANCA.


   Enésima novela de Antonio Muñoz Molina que leo. Deben quedar muy pocas. Siempre he dicho que el estudioso del futuro que quiera hacer una biografía de él lo tendrá muy fácil porque en cada libro hay una zona vital, un claro rastro biográfico de su autor. En esta ocasión el narrador está camuflado en un gris funcionario que puede ser la de su propia trayectoria laboral. Conoce una mujer desordenada, inestable, que él no cree merecer. Y piensa que su mujer con el tiempo ha cambiado tanto que ya no es su mujer.  
  Vuelve el autor a describir salidas a base copas, música y cigarrillos; más bien hartura de todo eso. Y en esas conoce a Blanca, con la que apenas puede comunicarse por el follón. Ella se pasa de copas, sale y él la socorre. A partir de ahí se establece una relación no exenta de tensiones. A mí, en contra de algunas críticas tipo “es de las más flojas, novela de transición, etc”, me ha gustado. Es Muñoz Molina en estado puro. Introspección. Crítica a las vanguardias del arte en el que se han colado tantos impostores. (Ella ha tenido un amante que se ha hecho rico vendiendo cuadros “modernos”), descripción de ambientes, hondura psicológica de los protagonistas… Lectura de dos tardes calurosas de verano; entretenida: qué más se puede pedir.
 

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