En la historia del
universo, ¿no es acaso el hombre un ojo de conciencia que parpadea un instante
en la oscuridad inabarcable de la noche? ¿No se parece el incierto viaje de un
espermatozoide al viaje de un planeta engullido por su estrella? Decimos a nuestra
escala mental que la estrella está a tantos miles de años luz pero ¿No podríamos
ser la molécula de una mascota que en un
viaje sideral a su retina se asomara a ver a su amo cómo le tira un hueso para
jugar?
Dedicado a la figura del científico Stephen Hawking y a los que han hecho posible la maravillosa película The Theory of everything.
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