Un librito de Walter Benjamin: Calle de sentido único. Al final de año me da por leer libritos finos. Para calcular. No vaya a ser que me pille el fin de año con el libro a medias. Por el contrario en los comienzos de año suelo empezar tochos. Para 2024 comenzar por El Don Apacible. Más de 1000 páginas. Un deseo, como apuntarse al gimnasio o comer menos. El de Benjamin es literatura hecha zumo: ni una palabra de más; ni una de menos. Esta para enmarcar. De hecho la he enmarcado en la misma hoja: “El trabajo sobre una buena prosa tiene tres escalones: uno musical, en el que se la compone, uno arquitectónico, en el que se la construye, y, por último, uno textil, en el que se la teje”.
Lo vi en el Fnac. Siempre voy a la zona de filosofía por ver si veo alguna edición del Libro de los Pasajes. Nunca lo tienen, y si lo tienen, es una edición cara de lujo. Y además, no estoy seguro de estar preparado para meterle mano.
“Las opiniones son al gigantesco aparato de la vida social lo que el aceite a las máquinas”.
Benjamin es el escritor y pensador del coleccionismo. Le da su verdadera dimensión humana. Coleccionar para preservar. Desde la más tierna edad: “Los sellos son las tarjetas de presentación que los grandes Estados dejan en el cuarto de los niños”.
En fin, un precioso libro ilustrado que tarda en leerse un par de horas.
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