Durante mis inevitables visitas a las
librerías una cosa que me ha llamado siempre la atención es ver, destacadas, y
en ocasiones en varias ediciones a la vez, obras que tienen dos mil años de antigüedad.
Este fue el caso de las Meditaciones de Marco Aurelio. Vi en la mesa dos
ediciones y en la estantería ésta de Gredos, con prólogo del gran García Gual,
que tan bien me lo ha hecho pasar en conferencias de todo tipo. No me lo pensé.
Algo sacaré, seguro. Y así ha sido.
Valga aquí una destilación de sus reflexiones.
“Y respecto a la relación sexual, que es una fricción del intestino y eyaculación de un moquillo acompañada de cierta convulsión”.
“El celo por conservar los amigos, sin mostrar nunca disgusto ni loco apasionamiento”.
Una cosa para tener en cuenta y aprender:
“y el no dar mi asentimiento con prontitud a los charlatanes; el haber tomado
contacto con los Recuerdos de Epicteto”.
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