lunes, 25 de enero de 2021

CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL. MARIO VARGAS LLOSA.

 

  Por diversos motivos he vuelto a emprender esta lectura después de la primera vez que, según el billete de lotería que usé como separador, es del año 1998. Y como dicen ahora mucho los políticos recuerdo que lo hice, arrastrando los pies. Editorial RBA, de una estupenda de colección de quiosco. Queda para el recuerdo y la posteridad una de las frases que da comienzo al libro: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”. La verdad es que MVLL se vino arriba. A veces me dan ganas de buscarlo y tirarle el libro a la cara. Un día me lo crucé cerca de la Plaza Mayor charlando amigablemente con Luis Goytisolo. Debió ser dificilísimo escribir esa novela y él mismo la ha reconocido como la que más trabajo le dio; no es más fácil leerla. Se mezclan los diálogos en cada línea; tanto de personajes como en los tiempos. La historia se va llenando de personajes que ya no sabe uno quién es quién. Cuesta ir abriendo la puerta pero a base de ir empujando se va abriendo hacia el núcleo de la historia. Y de pronto aparece la cara y el espíritu de Santiago Zavalita: aparece si no el propio MVLL, sí uno basado en él, como el joven periodista de El Comercio.

  Así que, venciendo todas estas dificultades lectoras aparecidas hace ya veintitrés años me he dispuesto a intentarlo de nuevo. Es una obra maestra, efectivamente. Pero hay que estar muy atento. Todo lo que se cuenta surge de una conversación en la Catedral, que es un bar algo cutre, y hablan de política, del poder, de las envidias y las aspiraciones, las traiciones, la corrupción y los crímenes que conlleva el ejercerlo. Quienes conversan son Santiago Zavala, Zavalita, alter ego del escritor como he dicho, de profesión periodista en el Crónica, y Ambrosio, el chófer del político y padre de Santiago, Don Fermín, un lugarteniente al principio del dictador Odría. La técnica en la narración a veces es tortuosa. Mete por ejemplo dos conversaciones intercalando preguntas y respuestas de una y de otra. Al final hace que para el lector sea un sufrimiento.

  Otros personajes son Amalia, Hortensia, Cayo Bermúdez (Cayo Mierda), Teté, y un largo etcétera. No es mala cosa tener cerca la wikipedia donde aparecen los principales y los secundarios para no perderse.

  Está ambientada en los años cincuenta durante la dictadura de Odría. Otra novela de dictadores que tan prolíficas han sido en la literatura latinoamericana. Pero yo me quedo, prefiero, La Fiesta del Chivo, o Yo el supremo, de Roa Bastos, o El Señor presidente de Miguel Ángel Asturias.

  En definitiva lo que viene a contar esta novela es la degradación del Perú. Y tengo familia directa que podría confirmarlo en la actualidad después de haber vivido allá varios años.

No hay comentarios: