Hace tres semanas fui con unos familiares a
pasar unos días a la casa que mis padres tienen en un pueblo de Alicante. Pasear en bici,
playas alejadas de la gente, comidas en arrocerías inmejorables, cenas en un
portugués digno del nombre, La Portuguesa y paseos por la noche por el paseo
marítimo. Todo aderezado con buenas charlas. En la casa de mis padres apenas
hay nada más que las cosas que hacen falta para vivir: Menaje, mesas sillas y
camas. Pero en una de ellas, en una mesa había este libro. Llamé a mi madre para
saber de quién era pues me interesaba. No hacía mucho había escuchado una
conferencia de mi querido Trapiello donde Esther era también una ponente. No
coincidieron en nada, notándose gran tensión entre ellos. Carne de Diario
trapelliense, pensé. El caso es que me lo quedé, requisado y a buen recaudo, y
lo leí. Siempre es interesante leer sobre una familia de la alta burguesía
catalana. Aquellas de las que ganaron la Guerra Civil. Qué suerte habría tenido
yo de haber nacido en una familia de la alta burguesía catalana.
Antes que nada recordar que Esther era la
madre de Milena Busquets y que murió en el 2012. El libro de su hija, que me
gustó y que aquí dije algo al respecto, se centra en el recuerdo de su madre.
El libro está hecho a dos manos (a cuatro
dice la autora), las correspondientes a los dos hermanos a modo de diálogo e
intercambio de recuerdos y pareceres. En muchas cosas piensan, cada uno de
ellos está equivocada o equivocado. Pero da igual, en todas las familias pasan
cosas parecidas. Una vez fui testigo de una discusión fuerte entre mi padre y
su hermano apropiándose de una escena de la infancia donde a punto estuvieron
de matarse en un acantilado donde se les había echado la noche encima. Cada uno
decía: a mí me lo vas a decir que estuve allí.
Se narran las primeras casas, el nivel de
vida alto pero donde se tenían amistades con más poder incluso. El carácter de
sus padres: más cosmopolita el de ella, nunca enamorada de su marido, con algún
amante, en la que se cuentan incluso encuentros lésbicos; más común el del
padre, médico de profesión y que luego se pasó a la edición y los seguros.
Esther Tusquets dirigió muchos años la
editorial Tusquets. Escribió algunas novelas y sobre todo libros de memorias.
Algunas un poco provocadoras como Habíamos ganado la guerra o Confesiones de
una vieja dama indigna.
Óscar ha sido un gran arquitecto, imagino que
lo sigue siendo pero ahora solo ejerce como pintor. He visto sus cuadros y me
gustan mucho. Era ya un pintor bastante precoz pues de niño le acusaban de que
sus dibujos y pinturas eran hechos por algún adulto de su familia. En directo y
en vivo les demostró que no, que era ya un virtuoso.
Me ha gustado. Ediciones B. Bruguera. Año
2012.
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