Visita de necesidad a la librería Visor, en
Moncloa. Desangelada, como todas las cosas en los últimos tiempos. Veo algunas
cosas interesantes pero, o ya vistas, como otro libro sobre la tragedia del
Batavia, o muy caras. Al final por hacer gasto y, claro, por placer, compro el
ya mencionado La Piel, de Sergio del Molino y éste, del autor posiblemente del
que tena más libros: Zweig.
Son artículos de crítica literaria siempre en
positivo. De autores conocidos casi todos, Mann, Joseph Roth, Flaubert, Adalbert
Stifter, etc, y otros no tanto como Friedenthal, Coster, etc; Ganas me han dado de conseguir varios de los
ejemplares de los que habla y un empujón, que falta me hacía, para abordar el
Emilio de Rousseau, un libro pendiente después de que el profe de mi hija les
hiciera comprarlo para, después de ver lo gordo que era, desecharlo. Increíble.
A mí no me importó porque siempre había querido meterle mano.
Como siempre Zweig es tremendamente ameno y
didáctico. Entusiasta. Dan ganas, leyendo algunas reseñas, de salir corriendo a
comprar algo de lo recomendado. De hecho casi lo he hecho con la novela
Ulenspiegel, de Charles de Coster, novela que se publicó aquí en una colección
de hace muchos años y que está a la venta por poco más de lo que vale un café.
De Stisfter, del que leí hace unos años su
notable novela piedras de colores dice: Nuestro autor, inspector de educación en
Linz, solitario y melancólico, deja su despacho y regresa a casa desazonado,
pero, una vez allí, se sienta en su escritorio y sueña con un mundo puro,
sencillo, en el que impera la bondad, apartado de una realidad desgarrada por
la tensión entre el bien y el mal. No es novelista adecuado para aquellos que
buscan emociones fuertes”. Sin embargo recuerdo de aquella novela un drama que
me hizo saltar las lágrimas al ver recuperados a los niños perdidos en la
nieve.
Otro libro de Acantilado sencillamente
delicioso. Un placer leer estos libros: Una prueba de que son buenos es que es
casi imposible ver algún ejemplar en una mesa atiborrada de libros a dos o tres
euros, típicos de las mesas del Rastro, aunque a veces algo haya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario