jueves, 8 de junio de 2017

San Manuel Bueno y Martir. Cómo se hace una novela. Miguel de Unamuno. Un amigo de Kafka. Isaac Bashevis Singer.


  El otro día, a raíz de un diálogo sobre religión quise releer este libro de Unamuno que leí hace tantos años. Qué mejor cosa para explicar lo que para mí es la esencia de nuestra religión, la postura del padre don Manuel: “yo no creo pero creo que la gente debe creer, debe tener esperanza; así, yo sufro y mi vida no tiene sentido”. Libro durísimo, descarnado, teológico, filosófico. “En esta España de calzonazos los curan manejan a las mujeres y las mujeres a los hombres…, ¡y luego el campo, el campo!, este campo feudal…”. Él mismo decía que había de ser su libro más leído, el que más lo definiera.
 



  

El libro de Isaac B. Singer, Un amigo de Kafka, se compone de 21 relatos. Contados de manera suave, simple, efectiva. Hablan muchas veces del problema de adaptación que vivieron los judíos al llegar a Estados Unidos, a Nueva York. De los que más me han gustado: El hijo y Las palomas:
“Cada generación tiene sus hombres sanguinarios y mendaces. Los malvados no pueden descansar. Sea en la guerra o sea en la revolución, sea cual fuere la bandera bajo la que luchan, cualquiera que sea su grito de guerra, la finalidad es siempre la misma: causar daño, causar dolor, derramar sangre. Una común finalidad unía a Alejandro de Macedonia y a Amílcar, a Gengis Kan y a Carlomagno, a Chmielnitzki y a Napoleón, a Robespierre y a Lenin. ¿Demasiado sencillo quizá? También el principio de la gravitación universal es sencillo, y precisamente por esto tardó tanto en hallarse”. 

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