lunes, 2 de noviembre de 2009

Paul Celan


Celan es otro superviviente, entre comillas, de los campos de exterminio. Era un poeta francés de origen rumano y de lengua alemana. Un poeta judío alemán.
Pudo sortear junto con su familia las detenciones de las SS y la Gestapo hasta 1942. Celan se consiguió esconder en una fábrica de cosméticos pensando que sus padres pudieran reunirse con él, pero cuando fue a buscarlos su casa estaba precintada y sus padres deportados y al poco muertos. Posteriormente fue detenido y confinado en un campo de trabajos forzados hasta el 44.
Nunca pudo sobreponerse al sentimiento de culpa que le produjo el no haber podido salvar a sus padres.
Jose María Pérez Gay, sociólogo y escritor mejicano, le dedica unas palabras claras y certeras sobre este desasosiego: “Nadie puede reprocharse el deseo de olvidar el horror y la muerte. La vida solo es posible si hay olvido. Tal vez haya algo más piadoso para los muertos que el recuerdo: el olvido. El perdón no es sino una ratificación moral del olvido. Paul Celan no pudo olvidar ni perdonarse.”
Al final de su vida se convirtió en un ser solitario, hundido, comido por el remordimiento. Una noche de abril de 1970 Paul Celan se lanzó al río Sena desde el puente de Mirabeu. Un pescador encontró su cadáver. Tenía cincuenta años.

3 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Excelente blog.

Me interesa la encrucijada entre arte y suicidio, entre mirar y desaparecer-se, entre lo insufrible y la belleza de exponerlo en clave poética o en clave filosófica.

Un abrazo grande,

Víktor

Hermi dijo...

Muchas gracias, Victor, amigo valenciano. Por lo que he visto en tu página tenemos, en esto de la cultura, algunos intereses comunes. Un abrazo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Si, y vuelvo por tu blog, donde van aprehendiendo y disfrutando de tus hallazgos y relecturas.

Un abrazote,

Viktor