lunes, 6 de julio de 2009

HECTOR ALVAREZ MURENA


Escritor argentino, poeta y ensayista. Dotado de gran inteligencia. Culto. Contradictorio y de carácter difícil.
Bebía mucho. Según su hijo Sebastián, demasiado. Tanto, que opina que nunca catalogaría a su propio padre de suicida sino de bebedor desaforado.
Fueron a salvarlo de sí mismo y lo llevaron a casa de su segunda mujer por ver si se recuperaba, pero la tendencia hacia su autodestrucción no disminuyó. Fue encontrado muerto dentro del baño junto a varias botellas de vino.
Sebastián Álvarez, su hijo, cuenta que quiso esclarecer los errores que encontró en las notas biográficas dedicadas a su padre y que siempre encontró comprensión y aplicadas correcciones. Pero la que no pudo obtener nunca fue la de su suicidio. El rumor es a veces más fuerte que cualquier noticia. Sobre todo habiendo aparecido su nombre, el de Héctor Álvarez Murena, en la “Antología de poetas suicidas”.
Tenía 52 años.

4 comentarios:

princesadehojalata dijo...

Hay gente que se suicida despacio, durante toda la vida, y paradójicamente no tienen tiempo de escribir una nota...

Ana Belén dijo...

Sí, qué de preguntas sin respuesta dejan abiertas muchos suicidas.Y qué desasosiego en los que lo han ido viendo poco a poco, como en este caso, sin poder hacer nada.

Supongo que la necesidad de una nota, de una explicación, de una despedida, puede tener que ver con el anhelo de esos aterrorizados espectadores por despejar los propios fantasmas culpabilizadores.

Sin embargo,quizá en esos casos en que la autodestrucción habla por sí misma, no sean necesarias más palabras.

Hermi dijo...

Así es Princesadehojalata, he conocido a alguno que así lo ha hecho pero al final, en la agonía, se ha lamentado.

Ana Belén, yo creo que los que suelen dejar notas no pretenden llevar a cabo sus planes; sí quizá llamar la atención en un desesperado intento de salvarse. Lo que ocurre es que esas notas muchas veces no encuentran sus lectores.
Muchas gracias a ambas por pasaros.

Ana Belén dijo...

Bueno, lo cierto es que no siempre las notas de despedida son llamadas de atención. Curiosamente suelen darse más en suicidios planificados, muchas veces consumados y no en actos reactivos,impulsivos que pretenden un efecto inmediato en el entorno.
De ahí esa paradoja de la que habla Princesadehojalata.

Ana Belén...jeje( me pregunto por qué me inscribiré en los sitios con mi nombre completo cuando me suena tan poco familiar cuando lo escucho o leo)