martes, 12 de marzo de 2024

MAX AUB. PEQUEÑA Y VIEJA HISTORIA MARROQUÍ.

    Muy cerca de donde viví de niño hay una plazoleta. En uno de sus rincones descubrí una librería de esas llamadas solidarias. Ahora todo tiene su apellido. Aun así  un cartel en la puerta advierte que no disponen de dinero en efectivo, en un aviso a los ladrones que ya se llevaron lo que había. Está atiborrada. En algunas zonas es imposible levantar la cabeza para ver algo y en otros sólo con un artilugio de acróbata se podrían alcanzar. El caso es que mi pedido estaba preparado. Deseché uno que ya tenía y me llevé los otros dos. Éste lo comencé enseguida. Un librito.

  A veces los libros son como algunas visitas: están bien cuando vienen y mejor cuando se van. Se llama Pequeña y Vieja historia Marroquí. Es una edición de Júcar para Papeles de Son Armadans. Deslavazado. Algunas micro biografías de contemporáneos suyos, interesante la de Díaz-Canedo, cuyos descendientes, un hijo, un nieto, han sido importantes editores en Méjico. Alguna poesía, algunas historias. Poca importancia. Ya había leído Las Buenas intenciones, de cuyo argumento  recuerdo apenas que era una crítica en el Madrid de la República y la Guerra Civil. Y ahora éste. No sé, ya no sé si darle la oportunidad a uno al que sigo la pista desde hace tiempo: La Gallina Ciega, sus diarios.

  “-¿Hay más crímenes que suicidios?

-Antes sí. A medida que la humanidad envejece asesina menos y se suicida más”.

  Me costó 3 y lo veo en librerías a 30. Ni una cosa ni la otra.

  Y poco más.

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