miércoles, 17 de mayo de 2023

SUETONIO. LOS DOCE CÉSARES.


 

  Mi padre se queja cada día de lo que no puede hacer, de lo que no puede comer, de que no oye bien, de que no puede caminar. Para intentar consolarle yo le digo que nos pasamos la vida aprendiendo a ir perdiendo cosas. Al final nos quedarán dos capas: o el frío o el calor. Mi padre es ahora mi hijo y yo su padre. Le enseño cosas de la vida. Quién se lo iba a decir a él, a mí. Ayudo a mi madre a ducharlo. Le cambio la bolsa de la sonda. Le doy masajes con aceite corporal para que no se seque su piel. Me paso horas en las innumerables citas de hospital. En ese laberinto estarían perdidos. Nunca pensé que pudiera hacer todas esas cosas sin echarme a llorar. Y no solo soy capaz de hacerlo sino que además le hago bromas e intento que sea todo en tono jovial. “papá, haz como Clint Eastwood, no dejes entrar al viejo”. No sabemos cómo somos hasta que nos alcanzan tiempos más duros. Era tremendamente complicado que un emperador romano de aquella época muriera tranquilamente en su cama. Normalmente era asesinado con dagas o bien envenenado. No me acabo de convencer que una manera esté por encima de la otra, me refiero a morir de pronto o consumido por la vejez.

  He subrayado un párrafo en el capítulo de Octavio Augusto: “sólo debe emprenderse una guerra o librar una batalla cuando se puede esperar más provecho de la victoria que perjuicio de la derrota; porque, añadía, el que en la guerra aventura mucho para ganar poco, se parece al hombre que pescara con anzuelo de oro, de cuya pérdida no podría compensarle ninguna presa”. Aquí, en esto de las guerras de los partidos, muchos quieren pescar con anzuelo de hojalata.

Cómo se las gastaba el Calígula. “En medio de un espléndido festín comenzó de pronto a reír a carcajadas; dos cónsules sentados a su lado le preguntaron con acento adulador de qué reía: es que pienso, contestó, que puedo con una señal haceros estrangular a los dos”.

  El libro lo encontré en la librería solidaria de Arguëlles después de haberlo buscado en los quioscos y otras librerías sin éxito. Colección de los grandes temas de la historia. Editorial Globus.

  Octavio Augusto expirando preguntó: “¿os parece que he representado bien esta farsa de la vida?” Deberíamos todos hacernos esta pregunta, sobre todo los políticos.

 

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