Visitando el muro de un tipo de wallapop (tenía cientos y cientos de libros muy interesantes normalmente, para mí), vi que tenía este de la filósofa alemana. En realidad iba buscando uno de Trapiello pero ya se sabe que cuando hay más de un anzuelo la pesca se multiplica.
Se lo compré en enero en la Plaza de España. Editorial Gedisa. 284 páginas.
La tesis del libro es ¿cómo se comportan grandes personajes de la política y la cultura en tiempos revueltos? Para ello despliega una gran erudición a la par que una visión filosófica de los temas. Me ha gustado especialmente el capítulo dedicado a Walther Benjamin.
Vuelve a desarrollar esa idea plasmada en Primo Levi, Klémperer y otros de que comenzaron a sentirse judíos cuando empezaron a sentirse perseguidos. “durante varios años, cuando se me preguntaba quién era yo, consideraba que la única respuesta correcta era: una judía. Esta respuesta tomaba en cuenta únicamente la realidad de la persecución”.
Una frase anotada porque está muy cerca a lo que siempre he pensado por mí mismo. Que “ninguna filosofía, análisis o aforismo, por profundo que sea, puede compararse en intensidad y riqueza de significado con una historia bien narrada”.
Hablando de Rosa Luxemburgo que me ha recordado a Jovellanos y a sus escoltas en su camino a la prisión del castillo de Bellver. “una mujer cuyos guardias se despidieron con lágrimas en los ojos cuando abandonó la cárcel, como si no pudieran seguir viviendo sin la presencia de esta extraña prisionera que había insistido en tratarlos como seres humanos”.
Isak Dinesen: “el mundo está lleno de historias, de hechos y ocurrencias, de sucesos extraños que sólo aguardan a ser contados, y la razón por la cual, generalmente no se relatan estos hechos es, según Dinesen, la falta de imaginación”.
“Entre el dolor y la nada prefiero el dolor”. Faulkner. No sé yo. Depende de cuánto dolor y de cuánto tiempo.
Las tribulaciones del pobre Benjamin. “ el peligro de un bombardeo le hizo tomar la decisión de abandonar París y huir a un lugar más seguro. Bien, ninguna bomba cayó en París pero sí en Meaux, el lugar al que fue Benjamin”. Una de las razones para quitarse la vida fue porque la Gestapo había confiscado su apartamento de París con su biblioteca dentro ¿cómo podía seguir viviendo sin sus libros, sin su colección de citas? “estos hombres, como si vivieran en el mundo de la palabra escrita e impresa, estaban rodeados de libros y no se sentían obligados ni tenían deseos de escribir y leer en forma profesional para ganarse la vida”. Nunca he querido ser, con lo que lo amo, ciclista profesional.
Bertolt Brecht:
¿Cómo os puede afectar todavía el miedo?
Moriréis junto con todos los animales,
Y después no vendrá nada.
Como decía Nietzsche, la muerte de Dios no necesariamente lleva a la desesperación.
Unos ratos aprendiendo de una mujer sabia. Muchas y muchos de ahora deberían aprender de ella.
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