Otro libro que jamás habría comprado de no haberlo visto en unas de las librerías favoritas, la Solidaria. Es de las pocas en las que intuyes que puedes encontrar algo valioso (para mi) a un precio bajo. En este caso 4 euros. Editorial Mario Muchnik.
El libro tiene más de cuatrocientas páginas pero es denso y largo de leer como uno de ochocientas. A pesar de todo tiene partes interesantes y claras. Otras en cambio me han costado mucho seguirlas. Casi diez días empeñados en su lectura.
A Savater le Spinoza y por eso me hizo escogerlo en la parte de filosofía. Es uno de los primeros en despojar lo religioso de lo racional. El hombre ya está preparado para asumir su finitud, su soledad, su falta de esperanza, ¿O no?
Dedica un capítulo casi entero a nuestro Fernando de Rojas y su Celestina. El lema de éste: caute, Prudencia. Por cierto que el joven Rojas escribió su obra con veinte años.
Spinoza pedía que “se diera legitimidad política a todas las opiniones, es decir, a gran cantidad de errores, siempre que no se reivindicaran por encima del Estado soberano y conforme a las leyes”. Qué cosa tan lógica y cuánto sufrimiento ha costado a través de los siglos el no contemplarlo.
“Spinoza da por sentado que la cultura, el lenguaje, las costumbres y las mentalidades cambian y evolucionan, dejando a la vez marcas descifrables”.
Heine: “La muerte de Dios no deja al hombre huérfano sino señor potencial de sí mismo; Dios en miniatura, creador de todos los valores y de su universo”. También: “Los hebreos ven a Dios como un tirano tronante; los cristianos como un padre amoroso; Rousseau y sus discípulos, toda la escuela de Ginebra, como un artista inteligente que fabricó el mundo más o menos como su papá fabricaba relojes; y adoran la obra y alaban al Señor de allá arriba”.
Nietzsche: “Todo lo profundo ama las máscaras”.
Tiene capítulos dedicados a Spinoza con Marx, con Nietzsche, con Freud, con Heine.
“Freud subrayó muchas veces su origen. Hasta llegó a decir que únicamente un judío, desde su posición marginal, habría podido concebir el psicoanálisis. Más tarde añadió que sólo había sido capaz de hacerlo un judío sin Dios”.
Ahí está el resumen: la razón rechaza a Dios pero Dios ayuda al hombre. Hasta cuándo no se sabe aún.
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