miércoles, 12 de abril de 2023

LA CIVILIZACION DEL ESPECTACULO. MARIO VARGAS LLOSA. Y UNOS DÍAS EN MALLORCA.

 


    Hemos pasado unos días en Mallorca los cuatro, en Sóller. Tiempo perfecto. Mejor que en verano. Mejor que invierno y, si no, que se lo pregunten a George Sand. Muchos turistas pero no como en época estival. Nada de apreturas. Nos comimos un arroz superior en Fornalux, Ca Nántuna, que recordaremos siempre. Ya en los aperitivos nos habían ganado: una espectacular sobrasada pasada por la plancha. Y alrededor, las montañas de la sierra de Tramontana.

  Una mañana en la cala de Deiá, donde cada día iba el poeta Robert Graves a zambullirse en las aguas cristalinas. Me dice mi primo que conoce a su hijo y que tiene una banda de música.

  Una pateada el jueves santo por todas las calles aledañas de la catedral y más allá. Después de cenar nos sentamos en un banco a ver pasar los pasos de la procesión. No acababa nunca. Cada paso con sus braceros, sus capuchas enhiestas (otros la tiene flácida no sé el porqué), con su banda de música. Los niños descubiertos recogiendo las gotas de cera de las velas.

  Otra tarde visitamos una de las librerías más bonitas que he conocido: Babel. Mientras que nos tomábamos unos blancos servidos por una guapa y simpática camarera yo miraba los libros de viaje en las estanterías de enfrente.

  De toda Mallorca posiblemente lo que más me guste sea la bahía de Sóller. Qué ratos más buenos he pasado en la terraza del restaurante Roma leyendo mientras me curaba, con un café bien caliente, del aguachirri del café del desayuno del hotel, mientras ellas se tumbaban en la playa del Repic a tomar el sol. En el próximo viaje me llevo los aperos de montar en bici. Tienen un sitio de alquiler de bicis estupendísimo. Buenas marcas con modelos tope de gama.

  Me llevé para leer La civilización del espectáculo de Vargas Llosa, un ensayo sobre la desaparición de la cultura tal como la hemos entendido hasta ahora.

  El ensayo es en realidad un ensayito entremezclado por el conjunto de unos artículos en El País seleccionados para la ocasión. Todo perdonado al gran Nobel. Él mismo pide perdón en la contraportada o más bien lo aclara: “Este pequeño ensayo no aspira a abultar el elevado número de interpretaciones sobre la cultura contemporánea”.

  Lo compré en la librería solidaria de Argüelles, o sea, doble perdón, y por cuatro euros. En edición cuidadísima de Alfaguara.

  Para reseñar su tesis MVLL echa mano de los grandes pensadores actuales: Debord, Steiner, Lipovetsky, etc. Y critica, en mi opinión con bastante razón, la estafa de los artistas contemporáneos rodeados por poco más que el boato de críticos interesados. Los cuadros blancos y rajados de aquel “pintor”, las latas de caca del otro artista, etc.

  Se habla de la religión, de su fuerza socializadora: La fuerza de la religión es tanto mayor cuanto más grande sea la ignorancia de una comunidad”. Para mí que los sacerdotes de ahora son como youtubers fracasados y que los verdaderos youtubers han cogido con ganas el rol de aquellos.

  “Los hombres se empeñan en creer en Dios porque no confían en ellos mismos. Y la historia nos demuestra que no les falta razón pues hasta ahora no hemos demostrado ser confiables”.

  La paradoja de una mentira practicada por un periodista que se inventaba entrevistas: Tommaso de Benedetti. “Mentí, pero sólo para poder decir una verdad”.

  También señala el tema inagotable de la conveniencia o no de permitir el velo en la escuela. Estoy de acuerdo en todo cuanto dice. “¿Qué clase de libertad es esa que impediría a una niña o joven a vestirse de acuerdo a prescripciones de su religión o su capricho?”… “Es muy probable que los lleve no por gusto ni acto libre personal sino como símbolo de la condición que la religión islámica impone a la mujer, es decir, de absoluta servidumbre a su padre o marido”.

  Siempre será un placer seguir leyendo a MVLL. Más sabiendo que poco podrá escribir ya viendo su edad avanzada. Con su edad, poco más o menos, acaba de morir Fernando Sánchez Dragó.  

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