En la librería Juanito del Rastro vi este ejemplar y pensé que había leído poco de Napoleón. Una edición de Vergara con buen papel, fotos y en buen estado. Tapa dura y en formato grande. Cuando me dijo el precio me pareció caro pero junto con el de Moret lo pude sacar por doce euros. Hubiera pagado más y ahora me alegro de haberlo leído. Me ha encantado. Napoleón es un personaje sacado de lo más fantástico de la historia y, de haberlo inventado alguien, de lo mejor de una novela de ficción. En un grupo de wasap numeroso solté esta pregunta: ¿Qué pensáis de la figura de Napoleón? Casi todos me contestaron que fue un gran general. También podían haberme contestado que fue un emperador, un hombre de estado, un criminal, un magnífico alcalde de París, un asesino, un loco, un egocéntrico, etc, y todos habrían tenido algo de razón. No conocía al historiador Cronin pero me ha gustado su forma de narrar y de darle una personalidad creíble al corso. Hoy mismo he comenzado a ver Austerlitz, una película del año 60, y era tan ridículo el retrato que no he podido aguantarla ni cinco minutos. Pero qué época la de la Revolución.
“Entretanto, el poder estaba pasando a manos de los jacobinos, que deseaban derramar la sangre de los aristócratas y los sacerdotes. El 7 de septiembre las turbas irrumpieron en las cárceles parisienses y masacraron a más de un millar de hombres y mujeres inocentes”.
Una cualidad o, más bien características de los hombres históricos es la determinación a la acción. El tomar decisiones y ejecutarlas; en este caso nunca mejor dicho: “Hablaron durante dos días del tema, y cada uno manifestó su opinión. La mayoría afirmó que solamente quedaba un camino: fusilar a los prisioneros. Parecía una actitud muy cruel, pero entendían que era un mal menor cualquiera de las dos posibilidades restantes. Napoleón impartió las órdenes necesarias y el 10 de marzo los turcos fueron fusilados”.
Cuando uno estudia la figura en la escuela y le dicen que acabó en la Isla de Santa Elena se acabó. Como los cuentos románticos: se casaron y fueron felices. Pero no, estuvo viviendo en la isla durante cinco largos años sometido a estrecha vigilancia. “En primer lugar estaban las ratas, literalmente centenares de ratas pardas. Durante la cena se paseaban alrededor de la mesa.
Cierta vez Napoleón retiró su sombrero de un armario, y una gran rata salió del sombrero y saltó entre sus piernas. Era frecuente que los criados atrapasen veinte ratas en un día, pero de todos modos no podían eliminarlas. A Napoleón no le importaban las ratas, pero sí le importaban los centinelas”.
¿Qué hubiera pasado si Napoleón hubiera ganado hasta el final? Yo creo que tenía una idea adecuada de Europa pero las imposiciones crean enemigos poderosos. “He librado sesenta batallas, y le aseguro que en ninguna de ellas he aprendido nada que no supiera en la primera. Esta afirmación ilustra la idea de que se perdió Waterloo porque la táctica de Napoleón continuó siendo la misma, y ya era conocida por sus antagonistas”.
Magnífico libro de historia.
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