Este libro lo compré en El Rastro, cómo no.
Cada vez compro más allí, ya sea nuevo, la menor de las veces, o de segunda
mano, como es el caso. Todo un Anagrama a dos euros, en buen estado, había que
darle una oportunidad. A la autora, una joven francesa cuando lo publicó, no la
conocía. No me extraña. En la contraportada, como es normal en esta editorial,
después de la reseña, las críticas de varios medios de comunicación, siempre
elogiosas claro está. “Una fábula radical y feroz sobre nuestra parte animal”, “Es
atroz, innoble, sangrienta, pero de un humor negro envolvente…”. Y sí, hay que
leer también estas cosas para darse cuenta del camino que hemos recorrido.
Antes, o justo cuando comenzaba la era de las redes sociales. Aquí se puede
columbrar cómo funcionaba el mundo editorial con el periodístico y con el de
los críticos a sueldo. Algo parecido pasó aquí en España con un tal Rodrigo
Avia, hijo de, que presentó una novela infumable y a la que dedicaron unas
críticas sangrantes por lo buenas y desmerecidas.
Esta novela podría haber aparecido en un
instituto de parte de una adolescente un poco trastornada como trabajo de
redacción en un fin de semana de invierno aburrido a más no poder. Y digo una
porque es una chica. Hubiera dicho uno si se hubiera tratado de un chico.
La novela no hay por dónde cogerla. Es mala
de atar. Bochornosa. A uno le entran ganas de llamar a la editorial y preguntar
cómo pudieron hacer una cosa así. Claro, el bombazo en otros países, derechos,
venta asegurada… y luego la crítica más demoledora: la del boca oreja, que
estoy seguro que no fue tan benevolente. Es mala, de lo peor que he leído en décadas.
Pero es que dice que se han vendido 120.000 copias!!! ¿No será como aquella vez
en la que alguien con dinero compra unos cuantos cientos para encumbrarlo en la
lista de los más vendidos? No puedo entenderlo.
En resumen, es una mala copia de la
Metamorfosis de Kafka pero lavado en legía. Es decir, sin color, sin olor, sin
gracia, aburrida. Una chica mona que trabaja en una perfumería de alto nivel que
va cogiendo michelines y se va convirtiendo en una cerda, una marrana, de ahí
el título. En la contraportada sigue: “fábula a un tiempo cándida y violenta”.
Es un claro eufemismo para decir que es una chorrada con el apellido de violento
para atrapar a más incautos como yo. Menos mal que han sido solo dos euros. Más
le he dado al guitarrista del metro que hacía unos solos de Dire Street dignos
del mismo Knophler. “Alegoría apenas futurista de la vida en cualquier ciudad
europea”. Madre mía, qué chorradas tiene que leer uno.
En fin, poco gasto y mucho aprendido: no
comprar nada que no esté avalado por la experiencia, que ya va siendo añosa.
2 comentarios:
¡Gracias por la reseña! Acabo de terminar la novela y me gusta leer las opiniones de otros lectores. A mí me ha parecido una novela curiosa y original aunque no la recomendaría a cualquiera.
Hola. Gracias a tí. Ya casi ni me acordaba. Más de 4 años!! Sabes? Me agrada encontrarme de vez en cuando un comentario. No le doy absolutamente ninguna publicidad al blog.
Ahora estoy con Nicola Lagioia. La Ferocidad. El 2 libro que leo de él. Si no has leído la Ciudad de los Vivos... es de lo mejorcito de este año.
Un saludo.
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