lunes, 5 de agosto de 2019

La cruz de Monte Arruit. Enrique Meneses Puertas.



  A través de S. un familiar especialista en el tema del Desastre, he escuchado en todas las épocas de mi vida diferentes historias de lo que allí sucedió. Y no hace mucho vi en el periódico que este libro, sin publicar desde que salió en 1922, lo iban a reeditar en Ediciones del Viento. Pensé que al ser bastante crítico con el gobierno, los militares y en definitiva, con el poder, pues no lo habían querido sacar a la luz. Error. El libro es el de un aficionado a esto de las palabras por escrito. No es mala su intención y a veces llega a ser incluso entretenido, bondadoso, con cierta capacidad de observación, pero es, como si dijéramos, como si lo hubiera escrito un servidor. O sea, mal. 
  Uno tiene, además, una humilde colección de libros sobre aquella catástrofe. Éste la completará como rara avis. 
  Es una mala edición; sin revisar. Claro, como no conozco la original, la del 22, es posible que la pase en erratas. La idea de estas memorias es que es un tipo que tiene mucho dinero, que lo despilfarra en París y otras ciudades europeas, que no para de comer y beber bien, que sale con amigos y muchas mujeres atractivas pero que siente su vida vacía y va a Marruecos a limpiar la afrenta de sus paisanos pobres y piojosos y se mete en el pozo sucio y doloroso de la guerra. Me ha recordado al famoso jugador del futbol americano que dejó un contrato millonario para ir a luchar a Afganistán por afectarle mucho lo de las Torres Gemelas. La historia triste de Pat Tillman qque encima murió por disparos de sus propios compañeros, contado todo bien, como siempre, por Jon Krakauer.
  Tiene frases que dichas ahora le costarían un pleito por machistas o xenófobas. Las cosas que hicieron allí los soldados ahora les costaría, por la mitad un consejo de guerra y cadena perpetua revisable. “las cabezas del hombre y la mujer fueron cortadas por nuestros soldados, y regresamos con ellas de trofeo; algunos oficiales sacaron varias fotografías de aquel incidente; era la primera vez que veían unas cabezas cortadas”.
  Las erratas son tan numerosas que algunas llegan a ser hasta divertidas como cuando dice “El día señalado para mi partida…” cuando lo que viene negro sobre blanco es “El día señalado para mi parida…”.
  “… esa vida monótona e inútil se derrochaba aquí en medio de las artificiosas que el hombre y la mujer se fabricaron para animalizarse”. Parece más bien una traducción mala de google.
  Bueno, un despropósito. Y luego además fundó revistas. Se conoce que ya entonces comenzó el deterioro. Eso sí, tuvo un hijo que fue fotógrafo de gran fama.
   

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