A través de S. un familiar especialista en el
tema del Desastre, he escuchado en todas las épocas de mi vida diferentes
historias de lo que allí sucedió. Y no hace mucho vi en el periódico que este
libro, sin publicar desde que salió en 1922, lo iban a reeditar en Ediciones
del Viento. Pensé que al ser bastante crítico con el gobierno, los militares y
en definitiva, con el poder, pues no lo habían querido sacar a la luz. Error.
El libro es el de un aficionado a esto de las palabras por escrito. No es mala
su intención y a veces llega a ser incluso entretenido, bondadoso, con cierta
capacidad de observación, pero es, como si dijéramos, como si lo hubiera
escrito un servidor. O sea, mal.
Uno tiene, además, una humilde colección de libros sobre aquella catástrofe. Éste la completará como rara avis.
Es una mala edición; sin revisar. Claro, como
no conozco la original, la del 22, es posible que la pase en erratas. La idea
de estas memorias es que es un tipo que tiene mucho dinero, que lo despilfarra
en París y otras ciudades europeas, que no para de comer y beber bien, que sale
con amigos y muchas mujeres atractivas pero que siente su vida vacía y va a
Marruecos a limpiar la afrenta de sus paisanos pobres y piojosos y se mete en
el pozo sucio y doloroso de la guerra. Me ha recordado al famoso jugador del
futbol americano que dejó un contrato millonario para ir a luchar a Afganistán
por afectarle mucho lo de las Torres Gemelas. La historia triste de Pat Tillman
qque encima murió por disparos de sus propios compañeros, contado todo bien,
como siempre, por Jon Krakauer.
Tiene frases que dichas ahora le costarían un
pleito por machistas o xenófobas. Las cosas que hicieron allí los soldados
ahora les costaría, por la mitad un consejo de guerra y cadena perpetua
revisable. “las cabezas del hombre y la mujer fueron cortadas por nuestros
soldados, y regresamos con ellas de trofeo; algunos oficiales sacaron varias
fotografías de aquel incidente; era la primera vez que veían unas cabezas
cortadas”.
Las erratas son tan numerosas que algunas
llegan a ser hasta divertidas como cuando dice “El día señalado para mi partida…”
cuando lo que viene negro sobre blanco es “El
día señalado para mi parida…”.
“… esa vida monótona e inútil se derrochaba
aquí en medio de las artificiosas que el hombre y la mujer se fabricaron para
animalizarse”. Parece más bien una traducción mala de google.
Bueno, un despropósito. Y luego además fundó
revistas. Se conoce que ya entonces comenzó el deterioro. Eso sí, tuvo un hijo
que fue fotógrafo de gran fama.
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