lunes, 2 de octubre de 2017

JORGE CARRIÓN. LIBRERÍAS.




Este libro está escrito por un periodista que además es coleccionista. Hay libros parecidos: Nooteboom y su libro de Tumbas de poetas y pensadores. O los autores recopiladores de insectos o de biografías o de listas de cosas e ideas, aposentos, como La Vida, Instrucciones de uso, de George Perec. Aquí se coleccionan librerías a través de casi todos los países del mundo. Y, qué suerte para Carrión que lo ha hecho viajando. Cuando yo lo hago, las veces que lo he hecho, pocas para lo que me gustaría, una de las cosas más importantes cuando visito una ciudad es ir a las librerías. Entro y, dependiendo de la comodidad, puedo pasarme tres o cuatro horas sin ningún signo de hartazgo. Me apasiona ver los libros. Tocarlos, olerlos. Entro en trance. Compraría cada vez veinte, treinta libros, pero el bolsillo no da para más que para un par de ellos, o cuatro o cinco, que es cuando salgo ya con verdadera carga en la conciencia.
  Este ensayo quedó finalista del premio de ensayo Anagrama de 2013. En muchas de las librerías que describe he estado yo. Y una de las más espectaculares, en la de Lello, en Oporto. Sí, la que sale en Harry Potter. Da alegría cuando uno descubre, a partir de años acumulados de lectura, que reconoce sitios, autores, libros, citas, historias. Es como cuando uno escucha música clásica o cualquier tipo de música: se disfruta más cuando ya la reconoce. (Ahora mismo escucho en Spotify el cuarteto nº 62 de Haydn y da alegría descubrir que es el himno de Alemania, el maravilloso himno alemán). Habla de Zweig y su Mendel el de los Libros, de 84 Charing Cross Road, de Helene Haef, del último confín de la tierra, de E. Lucas Bridges, libros todos apuntados ya para comprar y leer. Lo “malo” de leer libros como este es que acaban pariendo otros muchos. Cómo dejarlos pasar.
  Citas: “Mein Kampf no sólo convirtió a Adolf Hitler en el autor de bestsellers por excelencia de la Alemania de los años treinta, millonario gracias a los derechos de autor, sino que también lo hizo sentirse escritor, pues esa era la profesión con que rellena la casilla correspondiente de sus declaraciones de la renta desde 1925”.
  “Difícilmente suscitaría atención el David de Miguel ängel si se encontrara en el museo municipal de Adis Abeba y fuera una obra homónima. En 1981 Doris Lessing, después de haber publicado con mucho éxito El cuaderno dorado, envió a varias editoriales su nueva novela, con un seudónimo de escritora inédita, y todas la rechazaron”. “El suicidio, la pobreza o el contexto de escritura son la clase de elementos que a menudo se incorporan al marcador”.
  “En el ejemplar de Bartley el escribiente Markson subrayó cada una de las apariciones de la frase “I would prefer not to”.

  

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