Y un
punto sobre el penúltimo tema, las religiones.
Hoy en el coche, haciendo zapping en la
radio, he escuchado una emisora llamada Dynamis, el poder de Dios. Normalmente
siempre paso de dial rápidamente pero hoy me ha llamado la atención la voz del
locutor. Era parecida a la de David el gnomo. El sonido tenía un poco de eco y
la entonación tenía esa modulación de los adultos cuando cuentan cuentos a los
niños. Sin duda lo que pretende la emisora es “enganchar” a la gente en la
llamada “palabra de Dios”. “Si sirve para los niños, servirá también para los
adultos, digamos, simples”, dirán. Depende
de quién lo escuche, de quién lo crea y en qué grado, también a esto se le
puede llamar “religión”.
Muchas veces me maravilla la credulidad de la
gente.
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