jueves, 14 de abril de 2016

13 de abril de 2016. Postmodern Jukebox. Concierto en But.



Ayer a las 7 de la tarde no conocía nada de PMJ,  Postmodern Jukebox. No sabía nada de Scott Bradlee, el líder e impulsor de esta podríamos decir… ¿banda? No. Postmodern Jukebox es el nombre dado sobre todo a una idea. El concepto es elegir temas modernos de mucho éxito, meterlos en una cubeta, echarles un elixir de elegancia, simpatía, talento, espectáculo, envolverlo en una cápsula de tiempo pasado, digamos los cincuenta, y hacer un producto  actual y maravilloso al mismo tiempo. Un absoluto acierto. De la canción original, del puñado de canciones, quedan apenas los acordes y algo de su espíritu pero el resultado es otro, una mariposa llena de colores, y está calando en la gente que se rinde a esos arreglos. Hoy, veinticuatro horas después sé muchas cosas. Ya me suenan muchos nombres de sus “componentes”. La primera es que Bradlee, el líder, no es necesario que esté, de hecho ayer, en el concierto al que asistí, no estuvo. Fue a las nueve de la noche en una de las salas más grandes de Madrid; But. Lleno total. Los artistas, una bailarina de claqué, los músicos, los cantantes, van cambiando dependiendo del país, de la sala, del tiempo. Anoche eran buenos de verdad. Hay muchos, los he visto en youtube, y de seguro que han pasado un casting durísimo. Las versiones pueden ser de Bowie, de Justin Bieber, el tema del Titánic o de otra película, Adele, y un montón de etcéteras. Muchos temas machacados por mis hijas, puestos cientos de veces en sus reproductores de sonido pero que ahora me han gustado más.

  
 

Y todo esto ha sido posible porque un amigo de este blog no pudo ir, me las regaló, y yo he podido ir con mi hermano; otro gran amante de estas músicas. Tan contentos salimos, tan buenas eran las noticias –no sabíamos hasta la salida, que el Atleti había ganado- que alargamos la noche hasta muy entrada la madrugada (nos bailamos unas salsasitas con unas simpatiquísimas azafatas de American Airlines en La Negra Tomasa, música cubana en directo). Apenas tres horas de sueño, pero siempre merecerá la pena por una noche que recordaré toda la vida. Muchas gracias otra vez, Carlos. Si alguna vez pasan cerca de vosotros no os lo perdáis.


   


  Aquí Sara Niemietz. Ella y el bajo, los únicos que estuvieron ayer. Y creedme, los ojos de Sara en directo hace que uno salga enamorado. La clave es enamorarse cada día; de algo, de alguien.

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