Por la prensa supe de una exposición en el
Museo Municipal de Madrid situado en el Cuartel del Conde Duque. Entre otras,
que es a la que yo iba, estaba esta del despacho y las cosas de uno de los
escritores a quien mayor interés he otorgado en los últimos tiempos. Quizá haya
sido el hecho de haber leído aquí y allá cosas sobre su autobiografía,
Automoribundia, cuyo muy deseado ejemplar tuve la suerte de recibir ayer por
correo. Me parece este personaje uno de los más complejos e interesantes de la
primera mitad de siglo y uno de los más fecundos en el exilio. El ejemplar
autobiográfico es contundente: casi mil páginas en biblia aunque de letra y
tipografía siempre cómoda y pulcra de las ediciones de Galaxia Gutemberg. Pero
ya tendré tiempo de escribir algo después de haberlo leído, presumiblemente este verano. Pero ahora me
propongo hacer algo parecido a lo que hice con las cantatas de Bach: hacer una
selección de sus greguerías. Sin criterio establecido; quizá por el chispazo
que haya podido producir en mi cerebro o por la chispa que ha hecho brillar a
mi limitado entendimiento. Algunas greguerías hablan de las moscas, uno de los
animales más literarios que existen: no creo que haya un escritor que no las
haya mencionado. Casi siempre para mal. Baroja les otorgaba uno de los males de
España junto a los curas y a los carabineros. Otras las he elegido, como he
dicho, porque me hicieron soltar una carcajada que en algunos casos –a quién no
le pilla un instante de suprema tontería- duraba una gran cantidad de minutos
felices. Otras veces a uno le deja el pensamiento en suspenso durante horas.
Ahí van:
1.- Si el hombre tiene
tanto miedo a la muerte, ¿por qué se mata? Porque al quitarse la vida se quita
el miedo.
2.- Hay moscas
chismosas que vienen de casa de los cuñados.
3.- El rebuzno es el
grito más franco de la creación.
4.- El que se tira del
piso diecisiete ya no es un suicida, sino un aviador.
5.- Una muy en boga: Un panamá es un
sombrero de segador que presume de nuevo rico.
6.- Una foto de prensa de la última semana: El
sándwich es la hipocresía del poco jamón.
7.- ¡Esta mañana he pensado esto mismo!: Lo
que le pierde al ratón es arrastrar tan largo rabo.
8.- Tener una mosca
cogida en la mano es como haber pillado cautivo un murmullo o un calambre.
9.- El buen escritor
no sabe nunca si sabe escribir.
10.- El que está en
Venecia es el engañado que cree estar en Venecia. El que sueña con Venecia es
el que está en Venecia.
11.- Las únicas que
saben de arquitectura comparada son las golondrinas. Y de aeronáutica, añadiría yo.
12.- Hay cielos sucios
en que parecen haberse limpiado los pinceles de todos los acuarelistas del
mundo.
13.- No hay que
suicidarse porque merece la pena vivir aunque no sea más que para ver
revolotear las moscas contra el cristal de las ventanas.
14.- Hay momentos en
que las moscas parecen querer arrancarse la cabeza como desesperadas por ser
moscas.
15.- Las moscas hacen
el gesto de lavarse las manos como diciendo: ¡Nosotras no tenemos la culpa si
somos contagiosas!
16.- El panegírico
parece alimenticio pero no lo es.
17.- Las moscas de los
palacios reales tienen las alas pintadas de purpurina.
18.- El colmo de la
errata es poner “herrata”.
19.- Cuando hemos
sentenciado a muerte a la mosca parece que se da cuenta y desaparece.
20.- Si se enciende
por segunda vez un pitillo sabe a moscón.
21.- Prefiero las
máquinas de escribir usadas, porque ya tienen experiencia y ortografía.
22.- Solo hay un olor
que pueda competir con el olor a tormenta: el olor a madera de lápiz.
23.- La vuelta de
dinero que da el pescadero tiene humedad y olor a naufragio.
24.- Éste fue uno de los que me causó risa,
imaginando la cara de indignación del ave: La gallina está cansada de
denunciar en la comisaría que le roban los huevos.
25.- Los que matan a
una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y
matarla después. Podría haber sido dicha
esta misma mañana.
26.- La mosca se posa
sobre lo escrito, lo lee y se va como despreciando lo que ha leído. ¡Es el más
exigente crítico literario!
27.- Somos lazarillos
de nuestros sueños.
28.- Si el burro
comiese carne sería el animal más feroz de la creación.
29.- Un mensaje en una botella al futuro: Cuando
un hombre muere, sus ideas quedan archivadas; pero se pierde la llave del
archivo y el archivo.
30.- Me gustaría
pertenecer a esa época del futuro en que la historia tendrá doscientos tomos,
para ver cómo se la aprenderán los niños. No
la aprenden; ya se lo digo yo.
31.- Habría que llamar
también a los bomberos en caso de infundio.
32.- Prosa con muchos
guiones, prosa tartamuda.
33.-Hay quien se pone
a comer cacahuetes como si rezase el más largo de los rosarios y se comiese las
cuentas. Para este caso soy de los más
devotos.
34.- Es tan inédita la
muerte que el que se va a morir inaugura la muerte como el primer muerto.
35.- Algo se juega uno
al echar los dados de hielo en el vaso.