martes, 12 de agosto de 2014

ANTONIO MUÑOZ MOLINA. LA NOCHE DE LOS TIEMPOS.


  Soy lector de Muñoz Molina de toda la vida. O al menos desde el 88 en que según mi base de datos adquirí su primer libro: “Las otras vidas”. Luego ya vino Beltenebros, El Jinete Polaco y así hasta catorce títulos. Nunca me ha decepcionado. Pero si tuviera que hacer un ranquin pondría en primer lugar El Viento de la luna y Ardor Guerrero. Y cómo no, sus artículos periodísticos de los que he llegado a ser un adicto.
  Esta novela la comencé a leer poco antes de ir a pasar unos días a la playa. Allí, en los cinco días que hemos pasado me he pegado verdaderos atracones. Eso es debido a que no soporto el mar en las horas centrales del día. Por la mañana, después de dar una vuelta, me sentaba a desayunar en la cafetería de la plaza y me daba la hora del aperitivo sin darme cuenta. A la playa bajaba por la tarde, ya cuando el sol ha perdido su fuerza y el color del aire va tomando un tono de miel. La gente se iba marchando y yo me quedaba casi solo, en mi hamaca y leyendo. Levantando de vez en cuando la vista al mar para ver el discurrir de las olas y de las gaviotas.
  A la vuelta ya me quedaba poco para acabar y quiso la casualidad que en el viaje saliera por la radio local de Murcia una entrevista al autor. Confesaba éste que la idea de esta novela surgió de un cuento en el que el protagonista era un desplazado por la guerra de Bosnia. Pero que luego todo se fue desarrollando hacia las postrimerías de la guerra civil y hasta poco después. Y efectivamente las ochocientas y pico páginas son en esencia una historia de amor extraconyugal entre un afamado arquitecto y una estudiante bien informada americana. Esto sirve para que, al igual que en su vida real, Muñoz Molina lleve a sus protagonistas de aquí para allá. Aparecen personajes reales. Hay algunas escenas eróticas muy bien hilvanadas en las que le hace un guiño al aprendizaje de idiomas: “¿Cómo se llama esto que te estoy haciendo?”. Hay pullitas ideológicas bien montadas en contra de los dos bandos; con toda la razón. Y en definitiva es una novela con saltos temporales pero al gusto de las novelas decimonónicas. Otra gran novela del autor andaluz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Trece de Agosto, Dos Mil Catorce


~Inmenso Regocijo~

Un recinto exquisito
permanece "vivo en Mi,
aire libre acopla "sus moldes,
la Naturaleza me absorbe
y me impide "hundirme a su rumbo,
me enriquece con su lema,
se aduenia de tus suenios,
se "calla cuando hablas
y en el silencio "te oye...

El falcon hace "un paro en el alto
y cuando lo ves
en lo siniestro de la noche,
El te mira ensorbido y fijo
y desaparece entre sombras...

La madrugada rompe
con inesperada sorpresa,
un joven ciervo perdido
y se parece a "Fatima,
mi ruido entorpece con su busqueda
y se aleja con su altiva belleza.

Los diminutos peces
disfrutan de "la luz del Sol
y abruptos de golpe salpica
gran pez en la oscura densidad
de "sus aguas...

Patos, pajaros, gansos
comen como "las gallinas,
mas domesticos
e impasibles hacia el humano...

Tambien pasa muy deprisa
la gigante tortuga
cuando cruje el dia
en horas de recostarse...

Ysa,


P.s.: Felices Vacaciones!! Hamaca,

Juan Herrezuelo dijo...

Soy fidelísimo lector de Muñoz Molina también desde el 88: El invierno en Lisboa. Comparto contigo mi admiración por El viento de la luna (qué gran película saldría de ese libro, en dos niveles). La noche de los tiempos me proporcionó ese inmenso placer de las novelas que, sin renunciar a una altísima calidad literaria, te atrapan desde la primera página y ya no te sueltan. Lamentablemente, Muñoz M. se ha convertido en un novelista excesivamente lento, y a esa última novela suya le han caído ya cinco años. Tengo entendido que este verano pretendía meterse en harina narrativa: lo esperamos.

Hermi dijo...

Gracias Ysa por la poesía y por la corrección. Sí que a veces, cuando se escribe rápido y mal, cuando se vuelven a leer, las palabras nos pegan puñetazos en los ojos.

Juan, nos consta que debe estar concentradísimo en darle un acelerón a su nuevo libro porque ha dejado casi cerrado su página web y porque hace tiempo que no publica ni siquiera un artículo en el periódico. A ver qué sale. Impaciente estamos sus lectores.

Un saludo.