martes, 19 de enero de 2010

JAVIER EGEA


En un manuscrito encontrado después de su muerte, cuenta este poeta granadino que muchas veces escribía sus versos escuchando el Réquiem de Faure´, para mantener la coherencia tonal de su poesía. A veces me ocurre también, que necesito escuchar ese u otros Réquiem para leer determinadas lecturas. De vez en cuando uno necesita ciertas dosis de solemnidad.
Fundó el movimiento poético, “La otra sentimentalidad”, junto a los poetas Luis García Montero y Álvaro Salvador.
Aparte de ganar algunos premios como el Juan Ramón Jiménez, fue guía de la casa-museo de Federico García Lorca.
Fijaos para qué sirve la obra de un poeta importante: parte de su obra y muchos de sus libros aparecieron por un hallazgo casual en librerías de viejo (en realidad en esos sitios donde venden objetos de segunda mano) y en librerías virtuales; siendo rescatadas por amigos pagando calderilla; sobre todo por García Montero.
Luego, las autoridades de la cultura provinciales, se han llevado las manos a la cabeza e intentan poner remedio al desaguisado. Quieren ahora juntar su “herencia” en dependencias de la Diputación...
De Quencey y Chesterton eran dos escritores muy admirados por Borges. Juan Carlos Rodríguez, amigo de Egea, cuenta que Borges escribió un relato llamado Biathanatos y que en éste, De Quencey deploraba el suicidio. Pero él le contestó con el título de una novela de Chesterton. Dicen que dijo que él nunca sería el “Hombre que fue jueves”.
Egea Nació en Granada en 1952. El 29 de julio de 1999, tras una larga depresión, se suicidó en su casa del granadino barrio del Zaidín pegándose un tiro con una escopeta de caza. Tenía 47 años. Y se suicidó en un jueves.

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