miércoles, 4 de marzo de 2009
El amor
Obra de Francis Bacon.
Es algo punzante y doloroso el mordisco del deseo sexual. Los seres humanos no podemos pasar sin respirar, comer o dormir pero podemos pasar sin fornicar. Sin embargo el mundo se mueve por esa energía oculta y poderosa. Cuando no se puede satisfacer ese deseo, se sufre de manera cruel y se ven personas vagando por ahí, buscando encuentros como vampiros desesperados buscando sangre. Millones de personas moviéndose como hormigas. Buscando sin descanso.
Camus, en su novela El Extranjero, hace decir a su personaje que en la cárcel, más cruel que la privación de la higiene, el tabaco o la libertad, es la privación del contacto con una mujer.
Los años; los muchos años ayudan a calmar todo eso, pero ¿Eso es bueno? ¿es deseable que se calme el deseo imperioso? ¿es verdad que ocurre eso?
Decía el personaje Balthazar en el Justine de Lawrence Durrel:
“Los espíritus desmembrados por el sexo no alcanzan la paz hasta que la vejez y la impotencia los persuaden de que el silencio y la tranquilidad no tienen nada de hostiles”.
Hace poco veía un programa de tv y le preguntaban a un joven estudiante que iba por la calle cómo veía él el asunto de la educación sexual en los colegios. Respondía con verdadera sencillez y lógica lo siguiente: “Me parece bien a medias. Nos explican todas las funciones y mecanismos. Los órganos, la anatomía, el método y los efectos pero no nos explican cómo gestionar las ganas que tenemos de follar; qué hacer con el deseo”.
Hemos recubierto todo este circo de la biología con mitos, cuentos, novelas y películas de amor. Decimos “el amor es lo más importante de la vida”. Pero ¿no es acaso un truco oscuro de la naturaleza para que consiga perpetuarse la especie?
En “Los Miserables” de Víctor Hugo se dice una frase que siempre recuerdo: “En el amor los humanos ponen la tontería; Dios, el talento”
O Schopenhauer: “El amor, por etéreas e ideales que sean sus apariencias, tiene su raíz en el instinto sexual”
Todo esto lo decía con mucha gracia el ampurdanés Josep Plá, en su fabuloso Cuaderno Gris:
“Lo que entristece a la juventud es la sensualidad. Esto es un asunto terrible.
A veces pienso en la cantidad impresionante de horas perdidas, en estos últimos años, pensando en la fornicación con señoritas vagas, generalmente inconcretas. Pero acaso, sobre este punto, hay una reflexión que hacer: quizás aún hubieran estado más perdidas si las hubiera pasado fornicando con señoritas concretas y tangibles.
La sensualidad, en la juventud, es un asunto inhumano, insoluble, de un aspecto indescriptiblemente grotesco”.
Yo no diría tanto y estaría más bien de acuerdo con Remy de Gourmont quien decía que de todas las aberraciones sexuales, la más singular sea la castidad.
Todos estaremos de acuerdo en que el sexo con amor es una delicia; la más dulce de las delicias pero que también en determinadas fases de la vida puede llegar a ser un tormento.
A veces me gustaría renegar de esta condición sexuada que se nos impone a los humanos por el hecho de serlo, y que es alto el precio que hemos de pagar por ello.
El sexo es el tributo que hemos de pagar para alcanzar la inmortalidad, se nos dice desde el lado científico, pero qué pobre nos parece.
Yo, como decía Woddy Allen, preferiría alcanzar la inmortalidad de una sola forma: no muriendo.
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1 comentario:
"Hemos recubierto todo este circo de la biología con mitos, cuentos, novelas y películas de amor. Decimos “el amor es lo más importante de la vida”. Pero ¿no es acaso un truco oscuro de la naturaleza para que consiga perpetuarse la especie?"
Y, aunque así fuese...¿no seguiría siendo lo más importante de la vida? No conozco a nadie que sintiendo que ama y es amado no quiera seguir viviendo o, al menos, no vea en ello la razón por la que, a pesar de todos los males,se engancha a la vida. Por el contrario,su ausencia es a menudo la peligrosa larva que va minando el deseo de vivir y crece, como una monstruosa mariposa negra, en ese deseo de desaparecer del que tus autores suicidas dan tan buena cuenta.
Gracias por el tema, por la exposición y por haberlo publicado en este día ( para mí, sin tu saberlo ¿o sí? importante )
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