jueves, 5 de marzo de 2009

R. Arenas


Como muchos otros, conocí la existencia del poeta y escritor cubano Reinaldo Arenas por la película de Julian Schnabel, protagonizada por Javier Bardem. Así es que, para mí, siempre tendrá su rostro. ¡Qué bien hizo el papel! ¡qué buena película!
Pues con ocasión del revuelo de la película, compré y leí el libro “Antes que anochezca”, que tengo ahora entre las manos. El regusto que me dejó su autobiografía es..., aparte de su talento literario, que lo tiene, es... pensar en qué difícil es para algunos espíritus poder vivir en determinados regímenes políticos, en determinadas épocas, en determinadas sociedades. Un espíritu rebelde, sensible, valiente, comprometido... pero claro, ser disidente y homosexual en Cuba, de unas décadas a esta parte, es tener todas las papeletas para que te caiga cualquier tipo de desgracia.
A mí, aficionado a las biografías y a las memorias, me gustó. Sobre todo por las escenas sórdidas que le tocó vivir. Por leer cómo un carácter como el suyo se “amoldó” y sobrevivió a una sociedad que le era tan ajena.
Nació en una familia campesina y pobre. Colaboró con el régimen al principio pero luego fue considerado un peligro social. Estuvo preso dos años en aquellas cárceles infrahumanas. Estuvo a punto de morir en alguno de sus intentos de evasión. Y al final se exilió a EEUU, Nueva York.
Dentro del libro se pueden contemplar dos fotografías del mismo año en que murió, 1990: en abril y en noviembre. El deterioro físico es notable. Donde en abril se ve a un joven, en noviembre se ve a un ser humano con las mejillas hundidas y la mirada sin brillo, agónico. El siete de diciembre y enfermo de sida, se suicidó en su apartamento con una sobredosis de barbitúricos.
Dejó una carta de despedida en la que decía que él ya había logrado la libertad y que esperaba que, pronto, también la recuperara su amada Cuba. No se imaginaba lo mucho que tendría que esperar. Lo que queda por esperar.
Tenía 47 años.

1 comentario:

Madison dijo...

Acabo de descubrir tu blog, y me hace ilusión entrar a saludar en este post, porque mi opnión de la pelicula y del libro es muy parecida a la tuya.
Aunque mi fué el libro quien me llevó a la pelicula.Genial, por cierto.
En el libro debo reconocer que algunas escenas me provocaron escalofrios.
Un saludo y felicidades