Uno de los libros más importantes y más citados de la escritora británica es este de la habitación propia. En realidad no es que desearan o necesitaran una habitación propia para crear, que también, sino que necesitaban independencia económica, independencia emocional, intelectual, necesitaban que se las comprendiera y que se las escuchara. Es decir, Virginia fue una pionera de su tiempo. Una voz autorizada del feminismo, esta vez sí, bien entendido y con razón. Este libro es el resultado de unas conferencias en 1928 en la universidad de Cambridge sobre la mujer y la novela.
“La historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres es quizá más interesante que ésta en sí”.
“¿Por qué dice Samuel Butler: Un hombre sabio no dice nunca lo que opina de una mujer”.
Se hicieron estudios de la mujer en siglos pasados. He aquí un título: La inferioridad intelectual, moral y física del sexo femenino. Normal que la conclusión después de su estudio fuera, como ella misma dijo: la ira.
Fue pionera en el voto universal. En otras épocas no muy lejanas, por ejemplo en Irlanda, solo podían votar los propietarios. Pues bien, ella pensaba que “de los dos, el voto o el dinero, debo reconocer que el dinero me pareció infinitamente más importante”.
Cómo han llegado a vivir las mujeres: Las mujeres viven como murciélagos y búhos, trabajan como bestias y mueren como gusanos”.
Los tiempos, afortunadamente, han cambiado. Mucho.
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