martes, 7 de febrero de 2023

GEORGE STEINER. UN LECTOR.


 

    Un tipo de walapop que tenía un amigo del Rastro que decía que ya apenas se venden libros. Y que le hacía el favor de venderle cosas por la plataforma. Así le compré tres Siruelas, éste uno de ellos. Plaza Castilla, julio y mucho calor. Caminata hasta Ópera por gusto, por el gusto de pasear por Madrid.

  He tardado en leerlo porque antes quería leer Errata. Misión cumplida. Steiner es sabio y sabe comunicar como el gran profesor que ha sido toda la vida. El intelectual europeo que sabe enlazar cada episodio de la historia y la cultura. Con todas las complejidades que se quieran. Qué si no es el estallido de la gran guerra: “¿Qué es lo que posibilita que un hombre pueda explicar a Goethe o a Balzac por la mañana y sea un abanderado del estalinismo por la tarde?”.

  He subrayado mucho y aun así me he cortado bastante. Tiene referencias constantes de los grandes nombres de la cultura. “Deberíamos aceptar la famosa máxima de Adorno: Es imposible la poesía después de Auschwitz?”.

  “Pushkin describe a los traductores como los caballos de postas de la cultura”.

  “No hay demostración alguna de que los estudios literarios hagan, efectivamente, más humano a un hombre. Y algo peor: ciertos indicios señalan lo contrario”.

  Frases que hacen pensar: “El noventa por ciento de los científicos están vivos”.

  “Flaubert no hablaba desde la retórica y la metáfora infundada cuando gritó, en los dolores de su enfermedad mortal: ¿Por qué yo he de morir cuando esa puta de Emma Bovary vive, y seguirá viviendo?”. Aquí podemos recordar a Trapiello cuando cuenta que fue a visitar la casa donde vivió, entre comillas, Fortunata.

  Reflexiones sobre la cuestión judía: “Teníamos que encontrar, quemar el virus de la utopía antes de que toda nuestra civilización occidental enfermase. Recuperar al hombre tal como es: egoísta, avaricioso, de miras cortas, pero caliente y protegido, maravillosamente protegido, en su propio hedor”.

  Palabras de Pund: “Estamos gobernados por las palabras, las leyes están escritas con palabras y la literatura es el único medio de mantener a estas palabras vivas y precisas”.

  Muchos de estos artículos, lecciones, ensayos, están escritos en los años setenta, ochenta, noventa… y parecen algunas veces recién escritos para nuestros días: Los historiadores futuros caracterizarán acaso la época actual de Occidente como una época en que se atropelló por completo la intimidad humana”.

  Cada vez más nuestros comportamientos son una imitación de lo que a paladas recibimos a todas horas. “Las imágenes de nuestro acto de amor, los tartamudeos a que recurrimos en la intimidad, vienen ya prefabricados”.

  Hace unos días en los periódicos se hace eco de que a Vargas Llosa le van a conceder ser miembro de la academia francesa y casi todos titulan recordando una frase suya: La literatura nos defiende de la muerte”. A este respecto un párrafo. Pag. 456: “¿Es posible ilustrar la observación hecha por T.S. Eliot de que le hombre solo puede soportar la realidad en pequeñas dosis? La antropología, el mito y el psicoanálisis apenas conservan vagos vestigios del impacto inmemorial que ha producido en los hombres el descubrimiento de la universalidad y la trivialidad de la muerte”. Tremendo.

  Creo que ya puedo decir que conozco a Steiner aunque sea a groso modo. Errata y Un Lector bien valen las semanas dedicadas a su lectura. A partir de ahora el nombre de George Steiner lo tendré metido en la cabeza como un europeo sabio, erudito, comunicador y magnífico escritor.

   

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