sábado, 28 de enero de 2023

MARÍA ZAMBRANO. DELIRIO Y DESTINO.

  Este libro lo tengo desde hace treinta años. En el 93 lo compré en la librería del barrio, especializada en libros de quiosco descatalogados, y al comenzar entendí bien poco. Lo que contaba no traspasaba la epidermis. Pero algunas referencias y el paso del tiempo hicieron que tuviera la intuición de que había llegado el momento. Al cambio a euros debió costarme cuatro o cinco. Es un Mondadori de calidad excepcional. Y, ahora sí, me ha gustado. Algunos capítulos, temas más bien, más que otros.

  Son sobre todo memorias de cuando era joven en Málaga, en Madrid, dando sus clases de filosofía, la dictadura, la monarquía de Alfonso XIII, la llegada de la República, el desencanto, la guerra, el exilio, su viaje a Puerto Rico… A los pocos días de llegar a Francia llegó su marido, Rodríguez Aldave, oficial de las tropas en retirada.

  Su estilo es culto, a veces telegráfico, efectivo. Y tiene referencias estupendas a escritores coetáneos y gigantes: Misericordia, la mejor novela que se haya escrito quizá después del Quijote en España”.

  De vez en cuando un epigrama o algún poema: soledad sin descanso “Voy como si fuera preso; detrás camina mi sombra, delante mi pensamiento”.

  Sanz del Río, el que trajo el krausismo de Alemania, “que llegaba hasta lo ininteligible al ser traducida al castellano”… “Nació así la Institución Libre de Enseñanza en este ambiente espiritual del krausismo”.

  De Unamuno: “todas las tardes iba hasta la raya misma de la frontera y a voces insultaba al dictador”. Vivía en París. “Ortega por el contrario, había permanecido en su puesto sin dar grandes señales hasta el momento de inquietud ante el fenómeno de la dictadura”. “Uno de esos raros escritores -refiriéndose también a Ortega ¡cómo me ha gustado esta observación- que permiten creer que uno ha escrito lo que lee”.

  Hablando de guerra sí o no (hay guerra se quiera o no) en el libro que leo de Zambrano, que precisamente era republicana de izquierdas, habla de que España debería haber entrado en la primera gran guerra. “perdimos la ocasión de sincronizar. Hubiera sido triste como lo es participar en una guerra, pero si hubiésemos entrado nuestra situación sería diferente; quizá hubiéramos de verdad entrado a formar parte del mundo de Europa, a vivir en un ritmo común”.

  Sirva esta lectura para demostrar que nunca hay que dar a un libro por perdido por muchos años que hayan pasado.

martes, 24 de enero de 2023

RAFAEL CHIRBES. DIARIOS 3 Y 4.

 Me ha gustado aún más este segundo tomo de los diarios de Chirbes. Está más maduro. Se siente viejo ¡con 56 años! Encuentros con amigos a los que hace tiempo no ve. Castigados como máscaras patéticas. Habla de un encuentro con su traductora en Nueva York. Le aconseja febrilmente la lectura de La Celestina. Habla como otra obra cumbre después del Quijote. Así, aunque ya tengo una antigua edición decido comprar la de Cátedra en el kiosco. Dos euros, la mitad de lo que me ha costado el café con porras. La lectura me ocupará muchas más horas y menos remordimientos.

 

  Habla mucho del esfuerzo angustioso en la escritura de su novela. Demasiadas quejas y muy seguidas. Creo que el editor podía haber metido alguna tijera, como hace él con su novela en marcha. De sus problemas de salud: cuando cuenta las cosas que se mete por la boca da miedo: ejemplo: tres carajillos cuatro gintonics, café, comida poco sana… no me extraña que lñuego por la noche le subieran los reflujos hasta la nariz.

  Habla de la infinidad de lecturas que hace por gusto y por encargos para alguna reseña o prólogo. Habla maravillas de Imán, la novela de Sénder que tanto me gustó. De las Benévolas de Littell que comentamos aquí no hace mucho. Opino como él. Podía haber sido una gran novela pero se fue diluyendo en un artefacto demasiado grande que acaba casi como una caricatura de lo que prometía como novela bélica. Pone a parir un poco al psoe de Zapatero. Habla de Muñoz Molina, bien pero… y su novela Plenilunio. Sí pero un poco no. “Muñoz Molina acaba siendo heredero de los sentenciosos y cerrados campesinos de los que se libró en su adolescencia”. “Exceso de voluntad magistral”. Habla de Radiaciones, los diarios de Jünger con admiración.

  “no hay nadie tan viejo que no pueda vivir un día más, ni tan joven que no pueda morir mañana”. La Celestina.

  Los viajes casi todos por encargo para alguna presentación, para algún negocio librero. “Los viajes que uno lleva a cabo en su juventud tienen mucho de esa búsqueda de vidas posibles fuera de la que a uno le ha tocado en suerte”. Qué gran verdad.

  Y la lucha con la palabra: “Me gusta decirlo en mis charlas: un libro no es bueno por lo que le pones, sino por lo que le quitas”.

  El libro tiene casi setecientas páginas y he subrayado mucho. A ver cómo seleccionamos. Él también rescata párrafos y frases de sus lecturas. Ésta de Kafka: “Pero el camino de la cabeza a la pluma es mucho más largo y difícil que el de la cabeza a la lengua”.

  Apuntado para adquirir uno de los pocos libros traducidos de Canetti que me falta. Y uno de los más importantes: Masa y poder.

  Pega una gran bronca a los movimientos socialdemócratas que asolan occidente. Ese permitirse todo contra quien no puede apenas defenderse, por ejemplo la religión católica, y esa falta de equivalencia en todo lo que huela a musulmán: “Y lo curioso es que quienes dicen eso son quienes aplauden un espectáculo en el que se pone al Papa a follarse a un monaguillo, a masturbarse o a cagar”. Y hay que darle ahí la razón.

  “No hay cosa que más rápida se seque que una lágrima”.

  Hay menos escenas crudas de sexo en este volumen. Quizá debido a que ya estaba incubando la enfermedad que le llevó a la tumba. Cáncer de pulmón. No sé si sus excesos le llevaron a ese estado pero por lo que cuenta compró muchas papeletas. “Deseo tan poco que apenas me queda imaginación suficiente para representar las fantasías que me permiten masturbarme”.

  Se pega otra rajada de aúpa del ejército, sus desfiles, etc, pero luego no para de hablar de lo bélico, qué es si no La Ilíada, La Odisea, Radiaciones, Imán… sin aquél no habría éstos.

  También de los cristianos y sus liturgias. Esto sí que hay que consignarlo. Yo no soy creyente pero entiendo a los que van a misa y creen; ya sea de verdad o de pacotilla. “No me extraña que los romanos quisiera estrangularlos, decapitarlos, alancelarlos, crucificarlos, empalarlos, achicharrarlos: sacar a la vista el contenido de sus vísceras, oler el perfume de su grasa chamuscada. Su altivez es una provocación difícil de soportar dos mil años más tarde”.

  Aun siendo de izquierdas se pega buena crítica al PSOE: “Hay que ver lo bien que trabaja el aparato de propaganda del PSOE”. Y cuenta que cuando arden los montes gallegos el problema son los pirómanos, ya no son las faltas en el mantenimiento de los bosques como pedía en la oposición. En fin, lo de siempre.

  En fin que me ha gustado y que ya por desgracia no veremos nada nuevo suyo. Ya hace siete años que murió y parece que se acaba de morir.

  Espero que allá donde esté siga disfrutando de sus copas, de sus amores, de sus lecturas, de sus viajes, y eso que no creo, pero, quién sabe.

martes, 17 de enero de 2023

LAS COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO. MARIANA ENRIQUEZ.

    ¿Por qué he comprado este libro? Primero, un día venía del Rastro y escuché una entrevista en la radio a la autora. Me gustó el desparpajo, sus referencias literarias y de terror. Pero el terror de la autora argentina no es de otro mundo, ni es barroco o romántico. Es un terror del que habita en los suburbios de las ciudades. Terror cotidiano del que sale cada día en las páginas de los periódicos. Asesinatos, drogas, violaciones, casas llenas de misterios horribles, deformación del ser humano en todas las facetas.

  Luego vi que en el último Jot  Down lo ofrecían como complemento, en este caso dedicado al terror. Artículos un poco ramplones por cierto, quitando uno soberbio en torno a la figura de Lovekraft.

  Los primeros cuentos me dejaron algo frío. Cuentos de final abierto y oscuro.

  El cuento que más me ha gustado hacia la mitad del libro: Tela de araña, sobre un viaje al norte del país, allá cerca de la frontera del Paraguay. Una furgo que se estropea en la mitad de la selva sin batería. Un camionero que pasa y se lleva a la tía. Ella con un marido odioso.

    El resto, frío. Un dato: no he subrayado ni una frase pero tengo la sensación de que habrá imágenes que se me quedarán grabadas en la memoria como en algunos cuentos de Horacio Quiroga.  Eso no es poco.

jueves, 12 de enero de 2023

ERRATA. GEORGE STEINER.


 

  Segundo libro leído en este 2023 y ya ha salido el gordo. Me ha encantado. Cuántas ganas tenía de leer a este sabio judío. Cuántas veces lo he encontrado en diversos libros aquí y allá como referencia indiscutible. Se educó en un hogar donde las lenguas (naturales) eran el francés, el inglés y el alemán. Su padre le enseñó a través de profesores eruditos griego y latín. 

Quería leer este libro antes de Un lector, el libro de crítica literaria que me llama con su voz potente. Tiene toda la pinta de ser un pozo de sabiduría y goce.  

  Once capítulos para hablar de cosas esenciales de la vida. La significación del lenguaje. Las peculiaridades eternas del pueblo judío. Dios. La traducción. La música. La educación. La vida, la muerte y la eutanasia. Cuestión resuelta en tres o cuatro párrafos demoledores. Todo con una profundidad que muchas veces me ha hecho cerrar el libro para encajar el golpe. “En el fútil grito del niño, en la agonía muda del animal torturado, resuena el “ruido de fondo” de un horror posterior a la creación, posterior al momento de ser separados de la lógica y del reposo de la nada”.

 Esta frase me ha llamado la atención porque hace unos pocos días vi la película Ruido de Fondo, basada en la novela del mismo título de Don Delillo. En dicha novela se narran las consecuencias de un escape de gas tóxico en un pueblo. Y se describe el ruido de fondo de la sociedad actual: los coches, ese ruido de la era digital: pitidos, alarmas, avisos. Los aviones, los coches. Steiner se confiesa coleccionista de silencios. Los busca y los guarda como oro puro. Ese ruido, creo yo, es la metáfora que emplea el autor para referirse al grandísimo tostonazo que supone la mera existencia.

  En la frase yo entiendo ese ruido de fondo como las acumulaciones de maldad, de crueldad, de odio, de guerras que han poblado permanentemente el mundo. Él se pregunta por qué no podría haber sido de otro modo.

  “Muchas veces me he preguntado, he fantaseado de manera infantil, si la historia de la humanidad no es la pesadilla transitoria  de un dios durmiente”.

  Y recuerda otra frase que también podría describir por sí misma la frase: “En la reciente república estadounidense, Thoerau encontraba que la mayor parte de sus conciudadanos vivía en una serena desesperación”.

  Resumiendo: este mundo es un poco mierdoso.

  El libro está editado en Siruela, una de mis favoritas. Papel amarillento y de gran gramaje. Buena tipografía y pastas duras. El anterior dueño tenía ya sus propias frases subrayadas. Así, para distinguirlas de las mías he puesto un circulito en el margen.

  “El judaísmo, al igual que el islam, es iconoclasta; teme la imagen y desconfía de la metáfora”.

  Su padre se esmeró en una educación elitista. Gran cultura. “Nunca me permitía leer un nuevo libro hasta que no hubiese escrito y sometido a la valoración de mi padre un informe detallado del libro que acababa de leer”. Tiene guasa que yo haya tardado casi sesenta años en hacer algo parecido.

  “Se me instruyó que en la literatura, como en el arte, originalidad significa regreso a los orígenes (lección esta tan cierta como empobrecedora si se aprende demasiado pronto)”.

  Le da una importancia fundamental a la traducción: “Sin traducción habitaríamos en provincias lindantes con el silencio”. Y reflexiona sobre la expansión absoluta del inglés americano: “La idea de un mundo más o menos monóglota no es ya inconcebible”.

  “La censura es la madre de la metáfora”. Idea profunda. Me estoy dejando muchas frases subrayadas pero esta lo pedía a gritos.

  Hace una defensa apasionada de la eutanasia. Yo entiendo perfectamente su postura y si pudiera la pondría en práctica a nivel global: “Los enfermos terminales, los ancianos, consumen cada vez más recursos, tiempo y energía de los jóvenes en nuestros sistemas sanitarios”. “Cuando llegue el momento espero encontrar mi propia salida”.

  Libro fundamental ya para mí. Que me hace grande porque él sabe de mi pequeñez. “El que piensa grandemente debe equivocarse grandemente”. Dijo Heidegger. También los que piensan pequeño “pueden equivocarse grandemente”.

  “Esta es la democracia de la gracia o de la condenación”.

sábado, 7 de enero de 2023

FRANZ KAFKA. DIARIOS.

     Lo vi en la última feria del libro de ocasión del Paseo de Recoletos. Qué buen sitio para tales eventos. Seis euros. Al final lo saqué por cinco al comprar otro. Pero lo que me decidió fue ver que el traductor era Andrés Sánchez Pascual. Garantía de calidad. Con prólogo de Jordi Llovet.

  Los diarios abarcan desde el año 1910 al 1923. Algunas veces exhaustivo, otras parco. Unas veces lleno de sustancia, otras pesadete. Cuando veo que las letras van planas, lisas, sin accidentes geográficos que destacar, leo rápido. Cuando veo una protuberancia, bajo la velocidad. Aun así he tardado ocho días en leerlo.

  Plano plano y de pronto se pone a describir la cabaña en la que debía vivir por una temporada. Y se encuentra con la presencia de las ratas. Divertidísimas. A una de ellas la ensarta con su cuchillo y la clava en la pared de madera para observarla. Y cuenta de sus manitas y sus uñas. Cómo parecen así tendidas implorarle algo. Fantástico.

  Mienta a muchos escritores de su época y anteriores. Mucho a Goethe: “Alguien que no lleva diario no es capaz de valorar un diario correctamente”.

  Kafka era un empleado de una compañía de seguros estatal. Más o menos. Un burócrata que cumplía con la mala conciencia de estar perdiendo el tiempo para su obra. “En la oficina cumplo casi siempre mi deber, estoy bastante tranquilo si sé con seguridad que mi jefe está contento, y mi situación no me parece horrible”.

  De vez en cuando una cita de otro. En este caso del filósofo Moses Mendelssohn. Siempre el trabajo finísimo de los judíos. Cada vez más judío en el plano cultural: “¡Cómo me fastidia el universo entero!”.

  De alguna manera me identifico. Pocas personas como yo mismo he conocido que se encuentren tan a gustito solas. “Necesito estar solo mucho tiempo. Todo lo que he conseguido hacer es producto únicamente de mi soledad”. Aunque tiene razón Miriam Moreno, la mujer de Trapiello, cuando dice que hay que diferenciar entre soledad y solitud. Esta última acepción más cerca de un estar solo voluntariamente. He terminado un poco harto de vino, de comida y de compañía.

  Sí, Kafka también estuvo en los burdeles. Y cuenta como de pasada la historia de una violación como quien no quiere la cosa. Páginas 257 y siguiente. “…solo por miedo y confusión seguía manteniendo los ojos cerrados, no podía crearle problemas; él, un hombre alto, fuerte, podía echarla a un lado con la punta del pie. Ella era débil e insignificante, ¿podía tener los sucedido importancia como para que lo recordara a la mañana siguiente?”.

  Su entrada más famosa: 1 de agosto de 1914: “Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde, Escuela de Natación”.

  Me he identificado con muchas de sus reflexiones. “Soy incapaz de soportar preocupaciones y quizá esté hecho para morir de preocupaciones”. Necesito que todo esté en su lugar. Que nada gotee, que las ruedas estén justo en su punto de dureza, que las facturas estén pagadas. Otra cosa me atormenta.

  Hacia la página 450 interrumpe sus diarios para contarnos la lectura de las Memorias del general Marcellin de Marbot en las guerras napoleónicas. Estupendas páginas. De lo mejor. Detalles de tragedia en la guerra. Suicidios.

  Hablando de tragedias también se hace eco, como en los libros de Camus de noticias de prensa: “Dos niños, solos en casa, se metieron en una maleta grande, la tapa se cerró, no la pudieron abrir y se asfixiaron”. 

  Estos diarios están hechos en crudo. Se los entregó a su última compañera y, a la muerte del escritor, entregados a su amigo Mx Brod. Se nota que muchas páginas están sin elaborar. No son (a mí me gusta mucho más) como los diarios de Trapiello para quien utiliza los diarios, notas tomadas, para componer más tarde un artefacto literario con todas las piezas en su justo lugar. Así caminan engrasados y donde sus lectores se suben y disfrutan del paisaje. Ya sea este de invierno y triste o de verano y alegre.