Este libro en realidad es más crónica-reportaje-historia que novela. De hecho en la primera página confiesa: “La gente tiene en alto concepto las novelas pero lo cierto es que la mayoría fatigan”. Habla del atentado comunista que perpetraron unos maquis contra la subdelegación de Falange en la que murieron el conserje Lara y el falangista Martín Mora en 1945, poco antes del final de la IIGM. Y luego la historia, quizá demasiado prolija, habla de cada uno de los protagonistas, de su “novela”, de sus desgracias, alegrías y destinos. Ninguno bueno.
Antes, en algún capítulo relata los antecedentes históricos de la guerra civil. Tema que casi todo el mundo tiene enmarcado mentalmente pero que debería ser motivo de revisión cada cierto tiempo.
“Si no hubiera sido por Rusia y por la propaganda y las intrigas comunistas rusas, que durante seis meses han corrído a España antes del estallido de la guerra, ese estallido español jamás habría ocurrido. España podría ahora seguir siendo una república constitucional, ajustando sus tensiones internas por los normales procedimientos parlamentarios”.
Trapiello son sólo da cera a la revolución de izuierdas, también le da al franquismo “la justicia franquista como un aparatoso y solemne auto de fe. Es exacto. Lo de la otra parte no pasó de bacanal”.
“En la nueva Europa –después de la IIGM- y en los EEUU lo prefirieron a él a cualquier aliado de Stalin, toda vez que la oposición republicana seguía atomizada en mil fracciones irreconciliables”.
Está pulcramente editado en Destino con muchas fotos sacadas de muchos archivos.
Esperando como agua de mayo, ¿de diciembre? El nuevo tomo del Salón de los Pasos Perdidos.
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